Colonialidad del poder : es dominación y sometimiento aparentemente inofensivo pero que destruye identidades.
La Colonialidad es la continuación de la Colonización, ésta se impuso con las armas de y la primera con las estructuras mentales que, de maneras más sutil, vulneran los derechos humanos. José Olavarría, Doctor en Ciencias Sociales por la Universidad de Buenos Aires, nos propone reflexionar sobre las noticias, el periódico o alguna película o serie que relate un acontecimiento violento; en todos estos medios de comunicación podemos ver que el poder está impregnado en las acciones, los pensamientos y legitima las diferencias sociales en todos los aspectos
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La colonialidad del poder busca revelar cómo se han desarrollado y mantenido los procesos de dominación en la comunidad, sobre todo en Latinoamérica. Sin embargo, para revelar esta “sutil” dominación es necesario generar el cuestionamiento continúo en torno a ¿cuál es el problema central del poder? ¿por qué se vincula a la explotación, dominación y conflicto con el otro?
Tres jerarquías sostienen las relaciones de dominación: trabajo, raza y género. Para Olavarría nombrarlas y explicarlas permite entender el origen y prevalencia de malestares que vivimos mundialmente, ejemplo de ello es la violencia contra las mujeres, el narcotráfico, las desapariciones forzadas, la explotación laboral o la migración.
Acercarnos a través de la radio a una palabra como EPISTEME, nos obliga a conocer su origen en la Grecia antigua y para Aristóteles “la episteme sería el conocimiento obtenido mediante la demostración”, de ahí que Olavarría pregunte a todo aquél que abra su oído al diálogo ¿Realmente los estudios de género están abriendo nuevas posibilidades para impulsar otro tipo de relaciones humanas?
Ni los hombres son violentos por naturaleza, ni las mujeres somos madres irremediablemente como lo establece la Colonialidad. Para Olavarría, estudiar los temas de género desde una perspectiva de poder abre la posibilidad de entender los malestares sociales desde contextos más amplios, que abonan al vínculo que existe entre la construcción histórica, social, cultura, política y la subordinación del otro.
Aunque es poco nombrado, e incluso para algunas personas el término Colonialidad del poder nos es ajeno, es importante incluirlo en nuestro vocabulario pues, después de la pregunta de Olavarría sigue la reflexión: la violencia no se reduce a los actos iracundos, hay tras de ella la dominación del poder que heredamos como cultura: La colonialidad, dice la antropóloga Laura Serrato, se refiere a cómo está estructurado el mundo moderno, afecta todos los aspectos de la vida, determina la exclusión del otro y resta importancia o valor a los demás por su condición social, económica, racial, sexual y todo aquello que marque la diferencia en los estándares establecidos. La colonialidad está vinculada al poder y la principal táctica del poder, afirma Segato, es el secreto, lo que no se nombra; convirtiéndonos así en testigos y víctimas de sus efectos y consecuencias: violencia, inequidad, desigualdad, segregación, discriminación. Y sigue la reflexión: ¿tenemos otras opciones? Por ejemplo ¿construir Caminos plurales?, justamente en esto trabajamos los Cómplices del XXI, no buscamos una sola respuesta porque aún necesitamos hacer más preguntas. ¿Cuál es la tuya?
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Participación de José Olavarría sobre “Reflexiones acerca de una perspectiva decolonial de las Masculinidades” realizada durante el VII Coloquio Internacional de Estudios sobre Hombres y Masculinidades. San José, Costa Rica. Julio de 2019.
