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75. Malestar emocional relacionados con los estereotipos de género en jóvenes universitarios.

75. Malestar emocional relacionados con los estereotipos de género en jóvenes universitarios.
noviembre 22, 2019 Hugo Enrique Sánchez

La discrepancia de género existe, es un desequilibrio entre lo que otros quieren que yo sea, lo que soy y lo que deseo ser. Eso lo sabe Zoé, y con su testimonio, Juan le muestra que la discrepancia se vuelve más profunda y afecta su autopercepción cuando la familia, los amigos y la pareja afectiva lo presionan para que se comporte “como un hombre de verdad”. Por su parte, Jaqueline se sorprende por las pocas herramientas emocionales de  sus entrevistados. Por eso considera necesario el trabajo sobre varones y masculinidad que muestre la existencia de otros hombres, alejados de los estereotipos.

Escucha el audio (duración 10:37 mins):

 

“Siempre me he decepcionado a mi mismo, me hago de menos, es un sentimiento feo… nunca seré un hombre, como los demás”.

Juan le cuenta a Zoé como se siente cuando no puede responder a las exigencias de familiares y amigos sobre su manera de ser hombre. “A veces sí me llega la tristeza y es lo que me lleva a la depresión”, dice Juan. Ellos van a la misma universidad, la Escuela Superior de Actopan; ahí, Zoé cursó la carrera de Psicología y hoy le interesan los temas de género y masculinidad, por eso buscó a Juan y a otros compañeros, para conocer cómo viven la discrepancia de género: ese malestar por no responder a los estereotipos de masculinidad.

La discrepancia de género existe, es un desequilibrio entre lo que otros quieren que yo sea, lo que soy y lo que deseo ser. Eso lo sabe Zoé, y con su testimonio, Juan le muestra que la discrepancia se vuelve más profunda y afecta su autopercepción cuando la familia, los amigos y la pareja afectiva lo presionan para que se comporte “como un hombre de verdad”.

 

El testimonio que obtuvo Zoé se parece al de muchos otros jóvenes universitarios, así lo constata Jaqueline Olvera. Entre los jardines verdes y los murales multicolor de la Escuela Superior de Actopan, ella entrevista a siete de sus compañeros, su objetivo es conocer el nivel de inteligencia emocional que muestran cuando se trata de mantener relaciones de género entre pares.

Las lágrimas en público están prohibidas para los hombres. Por eso “prefiero emborracharme cuando estoy triste o pelearme cuando tengo mucho coraje”. La respuesta de Sergio coincide con la de otros entrevistados de Jaqueline, ella lo escucha atenta y luego le pregunta ¿Crees que mujeres y hombres tienen distintas emociones?, ¿Qué debería tener otro hombre para abrirte emocionalmente con él?

“Pero no son así, todos te juzgan, y si no eres como ellos, te califican de puñal”. Para no sufrir esos señalamientos Sergio hace lo mismo que los otros hombres con los que convive diariamente: reprime sus emociones. A Jaqueline le sorprende las pocas herramientas emocionales de Sergio y de casi todos sus entrevistados. Por eso considera necesario el trabajo sobre varones y masculinidad que muestre la existencia de otros hombres, aquellos que no reprimen sus emociones. También, las masculinidades alternativas, esas que disfrutan los hombres porque viven  libres, alejados de los mandatos de género.

Después de platicar con sus compañeros y hacer sus investigaciones para la titulación, Zoé y Jaqueline coinciden en que esta perspectiva de la masculinidad, junto con la psicología, permitirá desarrollar estudios cuyo objetivo sea  prevenir depresiones y suicidios en beneficio de la salud mental de los jóvenes del siglo XXI.

Escucha completa la mesa de trabajo

 

 

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