¡Voy a ser papá!, pero… no sé qué haré.
Jubilo, miedo, alegría, incertidumbre, una rara mezcla de sentimientos es lo que experimentan los adolescentes cuando se enteran que serán papás. Después de conocer la noticia pasan horas enteras pensando cómo mantendrán al bebe, si comenzarán a vivir juntos con su pareja, e incluso, imaginan posibles nombres para la niña o el niño que llegará a este mundo. Pero lo más seguro es que esos planes que hacen en su cabeza no se cumplan, porque sus padres tienen otros, para ellos y para el nuevo integrante de la familia. Así le ocurrió a los entrevistados de Oliver Set Ariza Lorenzana, doctor en Ciencias Sociales.
Escucha el audio (duración 10 mins. 23 seg.):
¡Ya la regaste! Es lo primero que escuchan los adolescentes cuando anuncian que serán padres. Normalmente los progenitores de esos jóvenes se lamentan y decepcionan porque “esperaban más de sus hijos”: más preparación, mayor madurez e independencia económica… esa decepción los lleva a tomar decisiones que no son las mejores, ni para sus hijos ni para su futuro nieto. Este es el testimonio de otro entrevistado.
Reclamos, demandas, peleas y más. Los adolescentes y sus familias viven un largo tiempo de tensión porque un embarazo no planeado “transforma por completo la vida de los futuros padres”, las estadísticas muestran que en la mayoría de los casos esos adolescentes experimentarán una vida menos relajada. Es el caso de otro entrevistado del doctor Ariza.
En los testimonios obtenidos por el doctor Ariza las adolescentes mantuvieron el apoyo familiar, por eso, en su opinión, no se puede hablar de maternidad en solitario. En el caso de los varones, las actitudes familiares fueron las que les impidieron ejercer su paternidad. Teniendo en cuenta estas interacciones, Oliver Set generó las siguientes conclusiones: (en audio).
“Ser padre puede ser una experiencia de alegría y gozo, pero también puede ser un evento trágico”. Para la mayoría de los adolescentes entrevistados por el doctor Oliver Ariza el embarazo no planeado les “cambió para mal la vida”, así lo expresaron. Esa mala experiencia surgió principalmente durante el embarazo y en los primeros años de vida de sus hijos, entre las causas principales están las decisiones que sus padres los obligaron a tomar. “Yo quería ser padre, pero no me dejaron”, varios de los entrevistados experimentaron lo que el doctor Ariza llama paternidad negada. Sus padres tomaron las decisiones que creyeron mejores para ellos; sin embargo, no tomaron en cuenta sus opiniones. Por eso él señala que “es importante buscar mecanismos de negociación, en los que la voz de los involucrados sea escuchada”, pues aunque son muy jóvenes, los adolescentes “tienen derecho a expresar sus opiniones sobre su vida y su futuro, y la familia no debería sancionar, sino acompañar esas decisiones”.
Consulta completa la presentación “Varones, embarazo adolescente y derechos humanos: ¿vulnerabilidad o protección familiar?” de Oliver Set Ariza Lorenzana, doctor en Ciencias Sociales:
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