Las prácticas narrativas permiten deconstruirnos, y reconstruirnos de distinta manera.
A muchos hombres nos cuesta trabajo hablar, expresar nuestras emociones y malestares porque fuimos criados con estereotipos de masculinidad que limitan el reconocimiento de nuestros sentires y la expresión asertiva de ellos. Desde hace algunos años la psicoterapia ha cuestionado sus métodos verticales de atención en donde se concibe al paciente como enfermo y al psicoterapeuta como experto. De ese comportamiento han surgido diferentes propuestas, una de ellas -afirma Iván Salazar, doctorante en estudios críticos de género-, es la “Terapia Narrativa”: una manera de conocer las historias que nos construyeron como hombres.
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Salir de los márgenes tradicionales de la psicoterapia permite repensar las maneras en que se da acompañamiento a las personas que lo necesitan. Para Iván Salazar la Terapia Narrativa es “un acercamiento conceptual y político de acompañar a las personas sin patologizarlas”.
Los hombres nos socializamos a partir de lo que culturalmente se estipula debe hacer un varón, desde edades muy tempranas y en todos los espacios donde nos desarrollamos. En cada uno de nosotros existen eventos que forman historias cruciales para interiorizar las expectativas sociales sobre nosotros.
Los mapas marcan rutas. Y las historias personales nos muestran cómo llegamos a construir nuestra masculinidad, y también, las posibilidades existentes para transitar por caminos distintos a los trazados por el patriarcado, aquellos por los que se pueda caminar más libre, sin la carga de los mandatos de género.
Iván Salazar cuenta la historia de un hombre adulto que decidió dejar el “éxito laboral” para poder convivir con su familia. Él trabajaba muchas horas hasta que se dio cuenta de que el afecto con su familia se estaba perdiendo por el poco tiempo dedicado a ellos. Cuando buscó ayuda profesional se encontró con la terapia narrativa, a partir de describir su historia y sus emociones se convenció de no querer seguir caminando por la misma ruta. Comenzó a crear otro mapa que lo guiara hacia lo mas importante para él: su familia. A partir de la terapia narrativa Iván Salazar, le llama a este proceso migración de identidad, “la posibilidad de comprender, de ir dejando el traje de la masculinidad”. El proceso puede causarnos cierto dolor emocional, pero nos permitirá darnos cuenta que podemos relacionarnos con nosotros mismos y otras personas desde otras perspectivas, como la igualdad, la corresponsabilidad y la ternura.
Ve la charla “Prácticas narrativas en el trabajo con hombres”, realizado por el Observatorio de la Escuela Libre de Psicología, de la Benemérita Universidad de Puebla. Septiembre de 2023.
