“Busco chamba, quiero dejar de ser pobre”.
Está publicación de Facebook pertenece a un joven de alrededor de 15 años. Valeria Ramírez, maestrante en Sociología, recuperó sus palabras de un grupo de Facebook donde se invita a hombres menores de 15 años a trabajar con grupos criminales. Valeria ingreso a ese grupo con un perfil falso para realizar una investigación sobre la construcción de la identidad masculina a partir de los productos culturales de la narcocultura. Una de las preguntas que se hizo en su investigación fue ¿Cómo es el modelo de masculinidad que proyectan los hombres en el narco?
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En México las personas dedicamos 8 horas diarias a navegar en internet, de ese tiempo, el 80% lo pasamos en redes sociales. Valeria Ramírez dice que “el Internet y sus prácticas forman parte del contexto habitual de jóvenes y adultos”. Por eso para los creadores de grupos donde se ofrece trabajo en las filas del narcotráfico es sencillo atraer a jóvenes a partir de las narrativas de la masculinidad hegemónica relacionadas con el éxito.
Narcoseries, narcocorridos, narcoestado… la narcocultura ha creado “un lenguaje universalizador” en el que el sufijo narco puede estar vinculado a otras palabras, por ejemplo, narcopoder. También define una identidad masculina, con gustos, prácticas y valores específicos e inamovibles.
El grupo de Facebook en el que Valeria Ramírez interactuó recibía una gran cantidad de nuevos integrantes, jóvenes menores de 15 años en busca de dinero fácil. De la misma manera fuera del entorno virtual existen miles de jóvenes que buscan adherirse a grupos de narcotraficantes para ganar dinero. Esta realidad permite que los carteles los utilicen como “cuerpos desechables”.
“Ser un gran capo”. Este es el ideal de éxito de algunos jóvenes menores de edad. Sobre todo, de hombres que viven en contextos de precariedad. Ellos ven en los grupos criminales una manera de cumplir con los mandatos de la masculinidad hegemónica: ser arriesgados, tener solvencia económica para proveer, y ejercer violencia sobre otras personas. Cuando los jóvenes dicen “busco chamba, quiero dejar de ser pobre”, expresan su necesidad de tener un sustento económico, y también, de ser un verdadero hombre. Lucero Jiménez, doctora en Sociología, comentó está conferencia virtual y subraya que este mandato de la masculinidad está totalmente ligado a “la necesidad de consumir todo el tiempo como un medio de ser feliz”, en otras palabras, está ligado al sistema económico capitalista y neoliberal. Por eso para cambiar el sistema patriarcal también es necesario cambiar el sistema económico. Una tarea de largo aliento, pero en la que investigadoras como Valeria Ruiz han comenzado a trabajar.
Ve completa la conferencia virtual “Narcocultura, masculinidad e identidad en varones jóvenes a través de Facebook”, realizada por el Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la UNAM.
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