La Voluntad Anticipada es el derecho a decidir sobre tu propia vida.
Sin embargo, la realidad es que ese derecho se ve obstaculizado por varios factores, entre ellos podemos mencionar el desconocimiento sobre la existencia de este derecho, las ideas y supersticiones alrededor de la muerte, la dificultad de hablar sobre la muerte propia y de los seres queridos con la familia, entre otras. Miriam Israel, tanatóloga paliativista, dice que la voluntad anticipada es “el respeto profundo a la decisión de la persona que fallecerá”, y eso incluye decisiones como: si se desea ser llevado a un hospital o no, ser entubado, etc.
Escucha el podcast (duración 10 mins 25 seg):
Decidir sobre la vida de un ser amado es muy difícil, pero con la voluntad anticipada no hay nada que decidir, sólo se debe respetar el deseo de esa persona. Miriam Israel se dedica a dar acompañamiento a los familiares para que logren comprender y aceptar que su ser querido morirá y que puede hacerlo como lo desee. Las preguntas a las que se enfrentan las personas al pensar en la voluntad anticipada son: ¿vivir más tiempo como sea posible? o ¿vivir hasta donde se pueda, pero con calidad de vida?
La voluntad anticipada considera que “el paciente siempre tiene derecho a decidir”, aunque la persona sea muy joven o muy vieja. También, es una oportunidad para resolver asuntos pendientes y poder partir en paz. A Miriam Israel le han pedido distintas cosas cuando acompaña a las personas que fallecerán y les pregunta ¿Cómo te puedo ayudar a vivir el tiempo que te queda?, ¿qué tienes pendiente?
A muchos nos cuesta hablar abiertamente de nuestra muerte con los seres queridos, y a los seres queridos les cuesta más escuchar sobre nuestra muerte, nadie quiere pensar en algo tan doloroso, y, por otra parte, “¿para qué hablar ahorita de la muerte?, no vayamos a estar invocándola”… se suele pensar. Miriam Israel opina que hablar sobre nuestra muerte con los hijos es un acto que es necesario normalizar.
Miriam Israel acompañó durante sus últimos días a un señor que en su voluntad anticipada especificó el deseo de permanecer en su casa, donde había vivido muchos momentos agradables, y estar acompañado de sus seres queridos. Sin embargo, pocos días antes de su fallecimiento, un hermano que pocas veces frecuentaba llegó y le reclamó a sus hijos por no haberlo llevado al hospital, “para que hicieran algo por él”. Fueron días tensos, pero finalmente su voluntad se respetó. Historias similares observa constantemente Miriam Israel, y esas experiencias la han llevado a pensar en 4 pasos “para dejar ir y aceptar la voluntad anticipada”: 1)
honrar al ser querido, 2) agradecer lo que se dio y se compartió, 3) pedir perdón y perdonar cualquier acto u omisión 4) y “más importante”, aceptar que morirá y dejarle partir. No es fácil, pero eso da paz a quienes se quedan y a quienes se van. Como afirma Miriam Israel, respetar la voluntad anticipada “es un acto de profundo amor y respeto por la persona que partirá”.
Ve la entrevista “Voluntad Anticipada y Testamento” con la tanatóloga paliativista Miriam Israel. Agradecemos a Francisco Cervantes y al programa Sanando mi Mente el acceso a esta entrevista:
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