¡Construir en equipo. De eso se trata, de abrir caminos rumbo a la paz, justicia y dignidad.
El sol del medio día se siente con fuerza, es 8 de marzo y las mujeres se reúnen en el monumento a la revolución con la convicción de que deben estar ahí y manifestarse. Hay algunos hombres que acompañan a sus hermanas, primas, amigas, novias, compañeras y madres. Se ven mujeres con sus hijos e hijas pequeñas. No podemos parar, ¡no hay tiempo para quedarse quietas! dice Corina Martínez mientras platicamos en una placita frente al Museo de la Ciudad de México en el Centro Histórico. Su trayectoria como feminista y defensora de los derechos sexuales y reproductivos la ha llevado a recorrer muchas partes del país y también del mundo, para atender una realidad que está ahí, que duele, vulnera y lastima: la violencia, inequidad y desigualdad. Esto no es una pelea entre sexos, ni una competencia dice, mientras se acomoda sus lentes de pasta gruesa, estamos en un punto crítico en el que hombres y mujeres necesitamos actuar.
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Más de 80 mil mujeres marcharon el 8 de marzo del 2020, y entre los gritos y la energía que se percibía también se sintió la huella de tristeza que dejaron las mujeres asesinadas. Esta violencia sexual también es tema central para Corina que habla de la construcción violenta de la sexualidad.
Corina es imparable, justo llegó de Chihuahua por la mañana, fue a trabajar a la Suprema Corte de Justicia y por la tarde ya platicábamos del papel de los hombres en la construcción de justicia y equidad. Este tema necesita convertirse en tema cotidiano, de trabajo constante en todos los espacios de nuestra vida: familiar, laboral, social… Ella cuenta cómo su trabajo ha influido en sus hermanos, en la desnaturalización de sus violencias y en la ruptura de la complicidad masculina que replica estereotipos. No estamos aquí para regañar o dar lecciones, pero sí podemos hacerles notar a los hombres cercanos a nuestras vidas sus acciones violentas. Corina se alegra de la conformación de espacios, en los que a través del diálogo y la escucha, algunos exploran otras posibilidades de ser hombres.
La tarde cae y Corina mira su reloj porque después de esta entrevista tiene otra reunión de trabajo con la Red J+ de jóvenes con VIH. Casi está por partir, pero aprovecha estos últimos minutos para recordar que el movimiento feminista no está peleado con los hombres, al contrario, este movimiento alienta la construcción de espacios en donde los hombres puedan repensar su masculinidad.
Mujeres de México se ausentaron de las calles, de sus trabajos, de sus actividades cotidianas este 9 de marzo. Un ejercicio social de lo que pasaría si todas desapareciéramos; en las redes sociales las impresiones eran variadas, desde quienes se alegraban porque habían llegado “rápido” a su trabajo hasta quienes sintieron un piquete de dolor tan sólo de imaginar que desaparecieran sus novias, esposas, hermanas, hijas, madre. La realidad violenta no va a cambiar de manera inmediata, tampoco las situaciones de violencia, desigualdad e inequidad -como replicaban en las redes sociales algunas personas ante el paro de mujeres- pero Corina está convencida de que estas acciones son necesarias porque invitan a la reflexión, el dialogo y la escucha; no son regaños, ni lecciones para los hombres pero sí hacen llamados a la autocritica, ¿qué estamos haciendo como mujeres y como hombres para construir entornos de paz?.
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Escucha la entrevista completa con Corina Martínez feminista, activista y Coordinadora General de Progresale A. C.