La diferencia también construye relaciones humanas.
¿En qué piensan los jóvenes cuando se habla del futuro? Ernesto tiene una perspectiva amplia del tema porque se ha ido a la costa este de Estados Unidos con los Mixtecos jornaleros de Oaxaca, a Madrid para entender el origen de los Latin kings, a Tamaulipas para escuchar a los halcones, en Ciudad de México encontró las historias de justicieros que asesinan delincuentes y en Tijuana, justo en la frontera con Estados Unidos, se encontró con los deportados y la desechabilidad masculina. Ernesto Hernández convivió con ellos y tuvo la oportunidad de escuchar sus historias. Escuchar al otro, dice este antropólogo, para entender qué pasa con la violencia, la precariedad masculina y el origen de las diferencias…. tal como lo hizo con Demetrio, un halcón de Tamaulipas.
Escucha el programa completo:
Dar clases en la universidad y convivir con jóvenes todo el tiempo -dice Ernesto- da la oportunidad de aprender de ellos mucho más de lo que puedo ofrecerles a cambio. Él confiesa que México es un país hermoso pero complicado, lleno de contrastes por su historia, geografía, por su cultura y cientos de factores más, que poco a poco ha entendido durante su andar por este país donde ser un hombre respetable es fundamental: cumplir con las obligaciones, tradiciones y costumbres que rigen a una localidad y su funcionamiento
Halcones, migrantes, pandilleros y jóvenes universitarios, todos responden a la función social de la masculinidad y su valor de uso. Ernesto abre el diálogo respecto a lo que se espera de los hombres, lo que deben hacer y lo que no es correcto que hagan. Todo cruzado por contradicciones, dice este investigador.
Su andar y la escucha llevaron a Ernesto al camino de los parias, un grupo de Mexicali, que se encuentra en la precariedad y al que se ve como un agente contaminante; su historia está relacionada con la explotación laboral, con la detonación de crisis en el cuerpo por exigirle más de lo que podía dar; todo con tal de cumplir con las exigencias sociales, culturales y familiares. Se trata de la desechabilidad masculina en su máxima expresión.
Ernesto sigue caminando, sabe que en este momento, en este punto no puede detenerse. Su mirada ahora está enfocada a la reproducción, a la función social de la paternidad de estos hombres, como los migrantes, que cumplen con los estándares de la masculinidad aunque eso implique arriesgar su vida, incluso si se trata de delincuentes: halcones, narcotraficantes, pandilleros, todos responden a la función social de la masculinidad, a la necesidad de ser un “hombre respetable” dentro de su comunidad o grupo social. Una de las palabras preferidas de Ernesto es “diferencia” porque, en su opinión, se habla mucho de igualdad como la única construcción social posible hacia el futuro, pero el antropólogo afirma que sus investigaciones le han permitido observar que la diferencia también construye relaciones humanas… Finalmente el Doctor en Ciencias Antropológicas nos invita a repensar el valor de uso de la masculinidad, la desechabilidad masculina, el sacrificio y los estados de vulnerabilidad de ellos; reflexión que nos permitirá avanzar en los temas de equidad, igualdad y justicia a los que aspiramos, en los que creemos y por los que trabajamos.
Escucha la participación completa del Dr. En Ciencias Antropológicas y profesor investigador en la Universidad Autónoma de Baja California Ernesto Hernández, durante el décimo congreso de la AMEGH, realizado en la Escuela Superior de Actopan, Hidalgo.
Agradecemos a la Asociación Mexicana de Estudios de Género de los Hombres las facilidades otorgadas para la realización de este programa.