Una escuela itinerante que hace de lo raro y diferente un espacio para la inclusión: Rarites
Maestras y maestros en Colombia se han dado a la tarea de coincidir en un espacio que defiende la diferencia, es una apuesta colectiva desde donde piensan las experiencias de vida de las y los niños que no encajan en los estándares tradicionales educativos. Su proyecto se llama “Escuela de rarites” la resignificación de lo diferente. Paola Andrea Rodríguez, es parte de este proyecto, es profesora en Bogotá, lleva varios años trabajando con las y los niños de la región que a su corta edad han sido discriminados, segregados e incluso violentados por su diferencia. Ella trabaja con niñas y niños que viven con diversidad funcional y eso le ha permitido cuestionar y cuestionarse constantemente sobre el lugar que tienen los cuerpos disidentes en los espacios educativos.
El trabajo desde el colectivo rarites ha generado mucha incomodidad, -pero esa incomodidad es necesaria- explica Paola mientras comenta cuál es la dinámica del proyecto rarites como un espacio seguro, de protección ante la fragilidad humana y de consolidación de fortalezas.
A veces pasa que en la escuela existen niñas o niños con alguna diversidad funcional y la comunidad no sabe qué hacer, cómo tratarlos o incluirlos, pero también hay niños y niñas que manifiestan su identidad o preferencia sexual y eso les convierte en víctimas de violencia, bullyng y discriminación. Paola explica que en su experiencia es muy molesto cuando las instituciones buscan sumarse con una perspectiva políticamente correcta porque retoman las iniciativas a su conveniencia y se pierde la línea inicial que regularmente nace desde la comunidad.
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Paola explica que en la formación de las y los niños el papel de profesoras y profesores es fundamental porque sus opiniones tienen un impacto directo en las generaciones que pasan por sus aulas. Si bien es necesario trabajar con los niños, explica la profesora Rodríguez, es urgente trabajar y capacitar a los adultos para que tengan la capacidad de tomar una postura sensata respecto a lo que significa la inclusión y el cuestionamiento constante de los roles de género.
Rarites busca resignificar la palabra “rareza” como un espacio de cuidado, comprensión, refugio y guarida para las y los niños que han sido discriminados, violentados o invisibilizados por considerarlos fuera de lo “normal”. Paola Andrea Rodríguez es fundadora e integrante de este proyecto y le emociona que cada vez pueden llegar a más puntos con sus talleres. El proyecto inició en Colombia, pero con el tiempo buscan extenderlo hacia otras latitudes, porque es urgente que las nuevas generaciones se relacionen sin miedo y fuera de estereotipos en su vida cotidiana, por supuesto, suena más sencillo de lo que es, pero Paola sabe que el proyecto tiene la fuerza suficiente para volar. Rarites busca romper con las estructuras tradicionales de la educación porque, señalan en un breve manifiesto, “La cuidad es nuestra escuela, nuestras vidas son la escuela, nuestros dolores son escuela, nuestras alegrías son la escuela… nosotros somos la escuela”… “Escuela de rarites” es un proyecto que busca conectar con la comunidad a través de la resignificación de la diferencia como un medio que nos vincula como seres humanos, sensibles, sintientes y libres.
**Consulta la presentación completa “Escuela de rarites: pedagogías eróticas y epistémicas” organizada por la Dirección Institucional de Igualdad de Género de la BUAP.
