La violencia que ocurre en el ámbito de las universidades es diversa en sus formas y en sus grados de intensidad. Al acoso y hostigamiento se le suman las agresiones físicas, e incluso el asesinato, lo escuchamos en las noticias y en las quejas de los estudiantes. Ante esta realidad ¿cuál es la importancia de tener un protocolo de prevención y atención a la violencia? Definitivamente es de la mayor importancia porque a partir de un protocolo se puede saber qué hacer y qué decisiones tomar. Esto con el fin de generar un ambiente más seguro en el lugar al que diferentes generaciones llamamos, llaman y llamarán “segundo hogar”: la Universidad.
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Protocolos: indispensables para prevenir la violencia en las Universidades.
Para prevenir y atender los actos de violencia que se presentan dentro de las universidades existen protocolos que “deben orientar, acompañar, sancionar y registrar” actos violentos como el acoso y el hostigamiento, pero “siempre teniendo en cuenta un enfoque de derechos humanos”. Es la voz de Janette Góngora Soberanes, Socióloga y Doctora en Educación.
El principio pro-persona es la facultad de utilizar o interpretar las leyes a favor de la persona y sus derechos humanos; en opinión de la doctora Góngora, esta forma de procuración de justicia debe estar presente en los protocolos universitarios de atención a la violencia.
Los protocolos de prevención y atención que se han creado en las universidades mexicanas para erradicar la violencia fue el tema central de la investigación de la doctora Janette Góngora, quien encontró una inconsistencia notable en la mayoría de ellos: no especifican quién se encargó de crear éste o aquél protocolo y cómo lo hicieron.
Otra inconsistencia grave que detectó la doctora Góngora es que en muchos casos no se especifica una instancia responsable de aplicar los protocolos y cuidar su correcto funcionamiento. A esta se le suman otras “limitaciones”:
La violencia que ocurre en el ámbito de las universidades es diversa en sus formas y en sus grados de intensidad. Al acoso y hostigamiento se le suman las agresiones físicas, e incluso el asesinato, lo escuchamos en las noticias y en las quejas de los estudiantes. Ante esta realidad ¿cuál es la importancia de tener un protocolo de prevención y atención a la violencia?
Definitivamente es de la mayor importancia porque a partir de un protocolo se puede saber qué hacer y qué decisiones tomar. Por ello es necesario investigar más a fondo sobre las inconsistencias que la doctora Janette Góngora detectó en su investigación, ya que estos protocolos deben ser armonizados con la legislación nacional y los acuerdos internacionales pactados por México. Esto para generar un ambiente más seguro en el lugar al que diferentes generaciones llamamos, llaman y llamarán “segundo hogar”: la Universidad.
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