Más allá de estudiar la vejez cuantitativamente, ¿estamos generando mejores condiciones para las personas que han llegado a la vejez? ¿y los que llegarán?
Cuando la doctora Rodríguez Abad observa su entorno, se da cuenta que falta mucho por hacer, porque “existen procesos de envejecimiento diversos y heterogéneos”, determinados por las condiciones económicas y por las trayectorias de vida, por eso subraya la importancia de repensar la vejez a partir de los estudios de la masculinidad, y propiciar la reflexión sobre una pregunta fundamental en la vida de hombres y mujeres: ¿cómo quiero envejecer?
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Los hombres llegan muy…. Emmm… deteriorados a la vejez… ¿cómo quieres envejecer tú?
Angélica Rodríguez Abad hace la pregunta a los asistentes a la sesión virtual Masculinidades y Vida Cotidiana. Muchos cuadritos llenan la pantalla porque el tema tuvo jalón: hay jóvenes, adultos y también personas que lucen canas, conocidos –hoy- como adultos mayores y personas de la tercera edad; antes les decían viejos, abuelitos y papá grande. Hay quienes piensan que algunos de estos calificativos son despectivos y hay quienes afirman que no, lo cierto es que desde hace pocos años la vejez se comienza a reflexionar y a estudiar desde diferentes perspectivas. Ejemplo de esto, son los estudios de Angélica Rodríguez realizados desde la perspectiva de género y las masculinidades.
¿Por qué? ¿por qué muchos hombres llegan a la vejez con deterioros importantes en su salud?
Para la doctora Rodríguez conocer el trayecto de vida y las prácticas de cuidado de los hombres permiten conocer un poco las respuestas a esas preguntas, pero el tema es más complejo, por eso ha recurrido a los estudios de Alejandra Salguero, Juan Guillermo Figueroa y Verónica Montes de Oca para comprender ¿de qué hablamos cuando nos referimos a la vejez?
Dejar de ser y de hacer. Cuando involuntariamente los hombres dejan de trabajar a causa de la edad, les surgen malestares emocionales que muy rápido se reflejan en problemas físicos de salud, porque ellos “están socializados a mantenerse activos y cuando ya no pueden ¿qué pasa?”, se pregunta la doctora Angélica Rodríguez:
En 2020 los que llegaron a 60 años fueron los primeros en resguardarse en sus casas y entrar en cuarentena, aún así, son la población que mayor número de decesos ha sufrido, 58% del total de fallecimientos, dicen las estadísticas. Por eso la doctora Rodríguez invita a pensar, en este contexto, sobre cómo estamos envejeciendo. En su opinión, “es una deuda que los estudios de la masculinidad tienen con esta etapa de la vida”.
La población mayor de 60 años va en aumento en México y en el mundo, esto es visible si observamos los espacios donde nos desarrollamos, por ejemplo, nuestro espacio familiar. Proyecciones del Instituto Nacional de Geriatría estiman que para 2050 se duplicara el número de sexagenarios que existen hoy, por lo menos, 2 millones de ellos serán totalmente dependientes. Pero más allá de estudiarlos cuantitativamente, ¿estamos generando mejores condiciones para las personas que han llegado a la vejez? ¿y los que llegarán?
Cuando la doctora Rodríguez Abad observa su entorno, se da cuenta que falta muuuucho por hacer, porque “existen procesos de envejecimiento diversos y heterogéneos”, determinados por las condiciones económicas y por las trayectorias de vida, por eso subraya la importancia de repensar la vejez a partir de los estudios de la masculinidad, y propiciar la reflexión sobre una pregunta fundamental en la vida de hombres y mujeres: ¿cómo quiero envejecer?
Consulta completa la presentación “Repensar las masculinidades para el estudio de la vejez”:
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