Como papá de Raquel y de Marcos, de 33 y 30 años respectivamente, me equivoqué mucho, cometí muchos errores, pero también me di el permiso de aprender de ellos. Mi familia me enseñó que la paternidad no es un rol, no es una función, la paternidad es una presencia, siendo las personas que somos con nuestros seres amados. Y precisamente con ellos, necesitamos acuerpar un vínculo amoroso para que las labores de crianza y de cuidado surjan de manera natural. De esta forma tan amorosa y sensible, el Dr. Rafael González Franco, habla de su experiencia como padre pero también de su experiencia en el trabajo con hombres. Rafa, como le dicen sus amigos, es doctor en filosofía de la educación y psicólogo social, y desde su mirada comparte cómo los estereotipos de fuerza, disciplina y autoridad, han afectado las experiencias paternas.
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Rafa es un hombre de mundo, le encanta viajar, conocer y conectar con personas de otras latitudes para intercambiar y enriquecer sus conocimientos. En uno de estos intercambios conoció a sus colegas de Puerto Rico que están realizando investigaciones sumamente interesantes para repensar la paternidad. Uno de estos trabajos está vinculado con la depresión postparto en los padres.
Experiencias de este tipo, como las que comparte Rafa, reflejan la dificultad que los hombres tienen para ejercer el autocuidado. Pero este problema es multifactorial, reitera el Dr. Franco. Avanzada la conversación la comunidad empieza a plantearle algunas preguntas y una que resuena fuertemente es la siguiente: Si las mujeres son las principales encargadas de la crianza y el cuidado, entonces ¿ellas replican los modelos machistas?
Los hombres necesitan dar un salto cuántico para resolver su analfabetismo emocional y crear vínculos amorosos, fuertes y seguros con sus hijas e hijos. Esta idea que plantea el Dr. Franco es sumamente poderosa, porque destaca el cuidado, el acompañamiento, el afecto y acuerpamiento, como elementos básicos para ejercer la paternidad. Pero no solo eso, el cuidado emocional es indispensable, así lo explica.
Hay hombres que optaron por abandonar a sus hijos y sus parejas, hay padres que físicamente están presentes pero ausentes en muchos sentidos, hay otros padres que están ausentes físicamente pero presentes a la distancia. El Dr. Rafael destaca la importancia de la calidad del vínculo que se establece con las y los hijos, y que ésta se puede formar aún a la distancia. Él explica que lo ideal sería que todos los padres pudieran estar presentes y activos en la crianza y el cuidado, pero no siempre es posible. El ejercicio de la paternidad es multifactorial, y en el contexto actual aún falta trabajar desde distintos espacios que modifiquen estos mandatos de la paternidad, que construyan formas alternativas, economías más sanas, espacios de convivencia más saludables a través de la colectividad. Por su parte los hombres necesitan dar un “salto cuántico” para resolver su analfabetismo emocional y reconocer los beneficios que les otorga una paternidad plena, desde el autocuidado y la presencia que acompaña, acuerpa, soporta y arropa desde los afectos y el bienestar.
Escucha la sesión completa Reflexiones sobre el ejercicio de las paternidades y cuidados” con el Dr. Rafael González Franco. Organizada por el Observatorio Universitario de la Escuela Libre de Psicología.