En las escuelas los varones que no se apegan a la normativa de género, masculinidad hegemónica, son constantemente vigilados.
Esta vigilancia es para observar que no transgredan las reglas y la moral de las instituciones de educación básica. Jesús Torres, doctor en Política de los Procesos Educativos y docente de nivel básico, dice que las escuelas son espacios de socialización donde se desarrollan identidades y narrativas sobre “ser hombre”. En esa normativa destacan ciertas características para ser considerado “buen alumno”, entre ellas: mostrar una personalidad heterosexual, seguir los códigos de vestimenta y acatar las reglas de comportamiento, así las instituciones fomentan esta normativa a través de actividades asignadas y divididas por sexo.
Escucha la cápsula:
“Las escuelas tienen serias dificultades para aceptar la singularidad de otras experiencias, de otras formas de subjetivación de lo masculino”. Cuando existe entre la plantilla escolar un varón con identidad u orientación sexual distinta a la hegemónica hay escuelas que lo asumen con cierta normalidad, y otras ejercen vigilancia sobre ellos y su comportamiento.
En el siglo XXI es menos extraño que las instituciones de educación básica se anuncien como “inclusivas” para no ser señaladas como homofóbicas; sin embargo, en su funcionamiento cotidiano la inclusión no se vive en las aulas. Jesús Torres ha documentado historias de alumnos que han vivido lo que él llama “vigilancia heteronormativa” en sus escuelas.
Las identidades trans y no-binarias no suelen ser incluidas de manera natural en las relaciones escolares en el nivel básico, entre alumnos y maestros, ni entre alumnos y otros alumnos; todavía existe el reto de aceptar la diversidad de identidades y evitar señalar, patologizar y estereotipar a quienes viven una identidad distinta a la normativa.
En México alrededor del 2.9% de jóvenes en secundaria abandonan la escuela principalmente a causa del acoso escolar. Muchos de ellos son varones que sus compañeros consideran “distintos”, por no cumplir con los estereotipos de “verdadero hombre”. Las víctimas no se sienten protegidas por las autoridades escolares, porque en algunos casos son relegadas, y en otros, son constantemente vigiladas para evitar que “provoquen problemas” al incumplir el reglamento escolar. En el tema de la inclusión de la diversidad sexo-genérica, el doctor en Educación y Gestión Educativa, Francisco Montes de Oca Mejía, dice que “tratar esta cuestión dentro de las instituciones escolares es tocar lo oculto y a veces invisible – porque no se quiere ver – de la cultura escolar. Él junto con un grupo de expertos en educación realizaron entrevistas con alumnos de secundaria en las que se puso de manifiesto que “existe una aparente aceptación de lo diverso, porque en el discurso de los entrevistados hay excepciones de tolerancia y respeto; pero plantean el maltrato hacia los diferentes a través de bromas o “juegos” como algo normal e inofensivo. Así pues, la tolerancia y el respeto está sólo en el discurso”. Esas bromas y juegos tienen repercusiones en la salud mental de los jóvenes, por eso las instituciones y la sociedad en su conjunto tenemos el reto de construir inclusión verdadera, donde la diferencia sea concebida como algo normal en los seres humanos.
Ve la conferencia “La reproducción de la masculinidad en las secundarias de la Ciudad de México”, realizada por el Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la UNAM. Diciembre, 2023.
