El juego es un asunto serio, tanto, que ofrece opciones de transformar la realidad.
¡Un, dos, tres por todos mis amigos! Salir de la escuela, llegar a casa, comer y jugar… es una realidad que a muchos nos tocó vivir, con el tiempo nuestras prioridades cambian y prácticamente abandonamos esa actividad que es tan importante, aún en la vida de los adultos. Investigadores como Hugo Huberman consideran que el juego debería de ser una actividad cotidiana, casi, casi como lo es comer o dormir. Germán López coordinador de Vitaludens Managua, coincide con Huberman, el juego es indispensable para nuestra vida, es un requisito para el ejercicio de la paternidad.
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Douglas Mendoza, Fundador e integrante, de la Red de Masculinidad por la Igualdad de género, Redmas Nicaragua, ha trabajado con hombres y su paternidad por muchos años, él también considera el juego como un tema prioritario de la paternidad, tan importante como el hecho de que los padres compartan con su compañera el momento del parto.
¿Hay juegos de niñas y de niños? NO, pero es una realidad que a dos décadas de iniciado el siglo XXI se sigan limitando ciertas actividades recreativas de acuerdo al género. Hugo Huberman, pide a la comunidad que seamos conscientes de lo que implican estas divisiones sexuales desde el juego en la infancia y sabe que para generar un mayor impacto es indispensable pensar y actuar en comunidad.
El juego prepara para la incertidumbre.
Mercedes González es fundadora e integrante de la Red Latinoamericana de Juego (ReLaJo), ella sabe que ante la pandemia, vivimos momentos de mucha incertidumbre y su mejor recomendación es: si tienes hijos, juega con ellos y si no los tienes reaprende el arte del juego, porque es una de las mejores estrategias para sobrellevar momentos de crisis como el que vivimos en la actualidad.
Jugar es todo un arte. Lo pienso mientras recuerdo los gritos y las risas de los niños que casi todo los días se reunían para jugar en la calle donde vivo, hoy ese paisaje sonoro ha cambiado, tiene meses que en la calle no resuenan esos sonidos, sin embargo, de vez en cuando se oyen a la distancia risas de algunas familias que han encontrado en su casa el lugar perfecto para continuar con ese hábito, supongo que algunos padres y madres se han sumado, ojalá sea así, que el juego nos permita superar esa sensación de incertidumbre que la pandemia nos hace vivir. El juego, como dice Huberman, lo olvidamos conforme crecemos pero suena sensato replantearnos la posibilidad de aprender a jugar de otras maneras, pensar en ello como una actividad cotidiana, necesaria para existir, casi, casi como lo es comer o dormir. Así que NO, no hay juegos de niñas y de niños, jugar en libertad nos permite construir otras realidades… nos hace mejores personas.
Sesión completa sobre El estado de las paternidades en América Latina, como parte de Jornada Internacional, Padres activos y comprometidos en el cuidado, afecto y protección, consulta el Facebook de la Red de Masculinidades por la Igualdad de Género @redmas.nicaragua