Para crear igualdad, ¿qué podemos hacer los hombres?
En el siglo XXI está claro que la generación de contextos igualitarios requiere de la participación de todas las personas que se desarrollan en ellos. En las universidades la necesidad de la participación de los hombres ha propiciado la creación de programas de trabajo con el objetivo de abordar temas de masculinidad y, a partir de la reflexión colectiva, generar cambios en las relaciones de género. Así nació el Programa integral de trabajo con hombres de la Coordinación para la igualdad de género de la UNAM, donde Darío Camacho Leal es jefe de unidad.
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La comunidad universitaria es muy diversa, en edades, en preferencias sexuales, en identidades de género. Garantizar los derechos y el bienestar de toda la comunidad es una de las obligaciones de las universidades. Por esta razón, crear estrategias para disminuir la violencia de género es tarea del Programa integral de trabajo con hombres.
A partir de conferencias y de círculos de reflexión entre hombres, los participantes se han dado cuenta de la manera en que la masculinidad tóxica afecta sus relaciones, su salud emocional y física, y en general, su estar en el mundo.
Si nos concebimos como personas con capacidad de desaprender estereotipos de género, con los que crecimos, y si tenemos la capacidad de construirnos a partir de otras lógicas fuera de la caja de la masculinidad, Siempre hay posibilidad de cambio. Con esta convicción funciona el Programa integral de trabajo con hombres.
En octubre de 2023, Diego, un estudiante del Instituto Politécnico Nacional fue detenido por vender imágenes personales de sus compañeras. Él tomaba fotos de ellas y las modificaba con inteligencia artificial para que parecieran desnudas. Cuando lo detuvieron encontraron en su tableta alrededor de mil imágenes. Acciones como ésta tratan de ser prevenidas por el Programa integral de trabajo con hombres. A partir de conversatorios, círculos de reflexión y otras actividades se promueven masculinidades alternativas, donde las actitudes violentas no sean comportamientos normalizados. Después de asistir a los círculos de reflexión los participantes han referido sentirse satisfechos por la posibilidad de replantear sus comportamientos y relaciones, no sólo dentro de la universidad, sino también, en sus hogares. Aún persiste el reto de integrar a más universitarios a la deconstrucción de sus violencias, sobre todo cuando existen marcadas resistencias de algunos sectores de la población universitaria, sin embargo, el camino está iniciado y el Programa integral de trabajo con hombres seguirá promoviendo el cambio en las relaciones de género.