Revisar la historia para entender nuestro presente. La revolución mexicana, los movimientos sociales e incluso las figuras de “héroes nacionales” adquieren un significado distinto cuando se reflexiona el tema con perspectiva de género. Francisco Ávila Coronel, Dr. Historia, se aventuró a construir una investigación en donde plantea los movimientos sociales, los conflictos armados y la guerrilla como momentos clave que han influido en la reafirmación de la masculinidad a través de violencia. Francisco confiesa en un diálogo organizado por la UNAM y la UACM que durante su investigación incluso se encontró con la censura y cierta resistencia para entender la violencia de género desde los procesos históricos por los que ha atravesado México.
Relata la CNDH en un documento sobre la Masacre de Atoyac: “El 18 de mayo de 1967 fueron asesinadas varias personas que participaban en una protesta con el profesor Lucio Cabañas Barrientos en la plaza de Atoyac, Guerrero. Como se intentó culpabilizar a Lucio Cabañas por la masacre, se vio forzado a refugiarse en la sierra para defenderse de la persecución política. Durante los siguientes siete años, se mantuvo en rebelión, luchando para transformar y mejorar las condiciones de vida de los campesinos mediante su organización popular”. Este acontecimiento llamó especialmente la atención de Francisco Ávila para construir una línea del tiempo que le permitiera visualizar cómo es que estos episodios “dolorosos” de la historia de México han contribuido a la “cultura de la violencia” como parte de la cosmovisión del “ser hombre”.
“Hombres de honor” esta figura también forma parte de los de los temas que Francisco ha incluido en su investigación; como cronista con perspectiva de género él describe de manera detallada las regiones que ha documentado. Si bien en México se habla mucho de la “violencia normalizada”, para este historiador el tema se complejiza cuando se reconocen los hechos violentos del pasado en la historia violenta del presente.
Francisco tuvo la oportunidad de platicar con varios guerrilleros, aquellos hombres se abrieron emocionalmente y le compartieron parte de su historia, como, por ejemplo: que la razón principal para unirse a la guerrilla muchas veces estaba vinculada con lo que llamaban “deber una vida”.
Nada justifica la violencia, pero reconocer en la historia el origen de la misma y cómo es que ésta se ha heredado de generación en generación, nos permite entender las resistencias que imperan aún en México en pleno siglo XXI. Francisco Ávila Coronel comenta que si bien la violencia es palpable, los fenómenos que estamos enfrentando en la actualidad son problemáticas de largo aliento, que no se han atendido desde una vertiente histórica con perspectiva de género. El camino no ha sido fácil en esta investigación, admite Francisco, incluso se ha encontrado con la censura o con quien no está de acuerdo en que estos temas históricos se analicen con perspectiva de género, pero su convicción es clara: necesitamos conocer nuestro pasado, entender el presente y planear el futuro, un futuro distinto en el que la violencia no se vea como la opción de algunos para “sobrevivir”.
Escucha la presentación completa del “Genealogías y lazos críticos: rutas posibles para los estudios de género de los hombres” organizada por el CIEG de la UNAM.