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Los del XXI no.293- El deporte salva vidas y genera procesos de pacificación integral 

Los del XXI no.293- El deporte salva vidas y genera procesos de pacificación integral 
diciembre 23, 2022 Elizabeth Cárdenas

El deporte salva vidas y genera procesos de pacificación integral

Todos los días niños y niñas se dan cita para jugar futbol. La calle, trazada por unas líneas imaginarias, se convierte en la cancha y un par de piedras colocadas en cada extremo se transforman en las respectivas porterías que le dan vida a ese encuentro; ahí no importa la clase social, importa el trabajo colectivo, pero sobre todo la camaradería que se genera entre quienes participan en ese juego. En aquellos encuentros de futbol callejero, Gerson Florez, encontró a muy temprana edad su labor en la vida, hizo amigos jugando futbol y los perdió por la guerrilla en Colombia. Así se convirtió en vocero de los niños afectados por las minas antipersonas en este país, pensando el deporte como una herramienta poderosa para el trabajo social y la construcción de paz.

 

Las minas antipersonas son explosivos utilizados en guerras y guerrillas, se entierran en zonas determinadas, y se activan una vez que alguien los pisa. Gerson fue testigo de estas detonaciones y por eso decidió generar entornos seguros para las y los niños de Husme, un barrio vulnerable de Bogotá. Su padre le apoyó en esta aventura y así creó  COP Colombia internacional un espacio que busca fomentar la cultura de paz y de reconciliación desde el terreno de juego.

Gerson Flores, es un hombre joven, su piel morena y su cabello corto resaltan la sonrisa amable de media luna que le caracteriza. Para él la construcción de entornos de paz parten de aprovechar el interés común en el deporte y generar  así procesos de pacificación integral, es decir, proveer entornos seguros y satisfacer, en la medida de lo posible, las necesidades básicas que los niños, niñas y jóvenes manifiestan antes, durante y después de asistir a los entrenamientos.

El gusto por el futbol es herencia del padre de Gerson, un hombre amable, preocupado por su comunidad y por dejar en su hijo las bases para construir un mundo mejor. Gerson recuerda con ternura que cuando le manifestó a su padre su deseo por construir un espacio seguro para las y los chicos del barrio, su viejo, como le llama él, no lo dudó ni un minuto y desde ese entonces ha crecido con la convicción de que la educación orientada a la paz y las actividades deportivas, son esenciales para fomentar la resiliencia y ayudar a los jóvenes a gestionar los conflictos de forma no violenta.

El deporte como un medio para construir entornos de paz. Gerson encontró su objetivo en la vida desde muy joven y se propuso no perder a nadie más a causa de la guerrilla que se vive en su país. Es así como el deporte y la complicidad con su padre, le abrieron las posibilidades para hacer del futbol un espacio de encuentro, seguro y pacífico para la comunidad. Con el tiempo ha comprobado que el deporte reduce los índices de violencia, es más, se generan dinámicas de camaradería y cuidado, a partir de la estrategia que él propone: amar el deporte, resaltar las fortalezas, reconocer las debilidades y crear procesos de resiliencia. Hoy Gerson dirige un espacio, integrado por niños y niñas de todas las edades que en su momento le han manifestado que no se sentían parte de ningún lugar, hoy son parte del mundo a través de este proyecto que busca fomentar la cultura de paz y de reconciliación desde el terreno de juego.