¿Qué sí puedo y qué no puedo hacer?
Los cambios culturales de género han provocado distintas formas de concebirse en el mundo a las personas. Lo que a su vez también ha modificado sus relaciones afectivas. En los jóvenes son más visibles formas de convivencia que cuestionan los mandatos de género y los estereotipos de amor romántico. Aunque algunos hombres han podido construir relaciones de acuerdo con las actuales dinámicas sociales, otros sufren un “repliegue y desvitalización” en su vida social. Gabriela Córdoba, doctora en Humanidades, explica que el término “Repliegue masculino” es un concepto para explicar lo que les sucede a los varones ante los cambios sociales y culturales de las mujeres.
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El “repliegue y la desvitalización” son términos utilizados por la psicología y pueden ser ejemplificados con las actitudes de las personas. “La desvitalización es una disminución de la pulsión de vida”, que se muestra en una apatía por lo que sucede alrededor de las personas, incluyendo falta de interés por los cambios culturales y de género. Darío Ibarra, doctor en Psicología, señala que la desvitalización es un estado que impide el interés de los jóvenes por los temas de género.
Los jóvenes expresan continuamente miedo e incertidumbre por no saber cómo relacionarse asertivamente con las mujeres con las que desean tener un encuentro sexual o un vínculo afectivo. Ésta es una de las maneras en que se expresa la desvitalización masculina ante las exigencias de las mujeres, dice la doctora Gabriela Córdoba.
El repliegue de los varones también se puede expresar en “prácticas de dominio”. En este caso ellos se colocan en “una posición jerárquica” donde sus deseos son los únicos válidos dentro de la relación. No hay negociación y todo ocurre cuando ellos tienen ganas. Darío Ibarra dice que existen dos tipos visibles de repliegue.
“El repliegue y la desvitalización no se relacionan con la depresión”. Para Gabriela Córdoba y Darío Ibarra es importante señalar que éstos no son síntomas que lleven a un padecimiento emocional grave, pero sí tienen efectos dañinos en las relaciones de pareja y en los vínculos afectivos entre hombres y mujeres. Uno de ellos es la violencia hacia las personas con quienes se relacionan, y también hacia ellos mismos, porque suelen recurrir al uso de drogas y alcohol para “inyectar algo estimulante a su vida… para ponerle adrenalina”. Los cambios en los roles de género que vivimos en el siglo XXI han desubicado a muchos hombres, han puesto en crisis su masculinidad; sin embargo, siempre está la posibilidad de reflexionar, personal o colectivamente, sobre la manera en que vivimos nuestra masculinidad. Hacerlo representa la oportunidad de participar en los cambios culturales, presentes y futuros.
Ve completo el conversatorio “Repliegue y Desvitalización Masculina. Una reacción viril al feminismo”, realizada por Sexualidad Masculina Consciente. Septiembre de 2022.