“El problema no son las diferencias, sino las desigualdades”.
Hombres y mujeres somos biológicamente diferentes, también nos desarrollamos en contextos diversos y generamos identidades distintas. Lo mismo ocurre entre hombres. Aunque somos biológicamente iguales, tenemos nuestras particularidades sociales y culturales. Las diferencias enriquecen las sociedades donde vivimos; sin embargo, la cultura patriarcal crea desigualdades cuando valora de distintas maneras el género. Carlos Lomas, doctor en Filología Hispánica, señala que “ser hombre significa cosas diferentes a distintas edades, en otras épocas y sociedades”, y cada uno responde de diversa manera a los estereotipos de masculinidad, y eso general desigualdades.
Escucha el podcast:
¿Cómo se llega a ser un hombre de verdad?
Los hombres nos pasamos toda la vida tratando de responder a este mandato de género. Algunos siguen los modelos masculinos que ofrece la cultura y los medios de comunicación, donde un hombre de verdad tiene poder económico, ejerce control sobre los otros y sobre sí mismo, también, de manera importante, muestra una identidad alejada de lo femenino y la homosexualidad.
En España como en México y como en la mayoría de los países del mundo, existen cifras similares relacionadas con los hombres y la masculinidad; por ejemplo, estas: los hombres tienen menor esperanza de vida que las mujeres, más del 90% de la población encarcelada son hombres, “el fracaso escolar” se da en mayor número en varones jóvenes. El Dr. Lomas hace referencia a estos datos para evidenciar los efectos del patriarcado en los hombres.
“No se nace mujer: se llega a serlo”. Esta frase de Simone de Beauvoir la traslada Carlos Lomas al género de los hombres para hablar sobre la construcción social de la masculinidad. Para él es importante subrayar que “la masculinidad no es inmutable” y otras formas de ser hombre distintas a la hegemónica son posibles.
A la pregunta ¿otra masculinidad es posible?, podemos responder: ¡sí!
Aunque en el siglo XXI los modelos de masculinidad siguen siendo hegemónicos y algunos incluso se han vuelto más violentos, por ejemplo, la figura del narcotraficante; sin embargo, también comienzan a ser visibles otros tipos de identidades masculinas. También comienza a crecer la oferta de productos culturales como podcast, series de televisión, libros y conversatorios en redes sociales que reflexionan y promueven identidades masculinas pacíficas, amorosas, cuidadoras e igualitarias. Por su parte, las instituciones públicas y privadas hacen uso del término “nuevas masculinidades” para fomentar cambios en las actitudes machistas de los hombres. Existen esfuerzos y resistencias, que muestran la importancia de seguir trabajando los temas de los hombres y la masculinidad con el objetivo de generar sociedades donde las diferencias no sean motivos de desigualdad, donde las personas no sufran algún tipo de violencia sólo por ser diferente.
Ve completo el conversatorio “¿Otra masculinidad es posible?”, realizada por la Facultad de Filosofía y Letras de la universidad Autónoma de Nuevo León. Agosto de 2022.
