“Ni un hombre más para la guerra, todos los hombres para la paz”.
Esta consigna se lee en las mantas y pancartas que el colectivo colombiano Hombres y Masculinidades muestra en las distintas manifestaciones convocadas para pedir el fin del conflicto armado en ese país. Javier Omar Ruíz, licenciado en Educación y Filosofía, y miembro de este colectivo, señala que la guerra en Colombia lleva 100 años. Ese contexto ha configurado “masculinidades bélicas” caracterizadas por el ejercicio de poder, la competencia, insensibilidad y una desconexión con la capacidad de sentir empatía.
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Ser paramilitar o ser guerrillero. El contexto de conflicto en Colombia ha generado masculinidades violentas, configuradas para la guerra. Javier Ruiz señala que ese contexto elimina cualquier tipo de masculinidad distinta, como las pacifistas, por ejemplo. También coloca a muchos varones, jóvenes y adultos, en una “disyuntiva” sobre qué tipo de hombre ser.
A los modelos de hombre paramilitar y guerrillero se le suma el de narcotraficante, porque en un contexto de conflicto y precariedad los jóvenes son cooptados para incrementar las filas de las asociaciones delictivas, y los adultos, encuentran en estos grupos la forma de responder a los mandatos de masculinidad y “la posibilidad de sustentar algún tipo de poder”. El conflicto armado y el narcotráfico también han generado el desplazamiento de hombres que prefieren huir para no pertenecer al narcotráfico ni a las fuerzas armadas.
Cuando los hombres desplazados llegan a las ciudades no pueden cumplir satisfactoriamente su rol de proveedor. Muchos presentan malestares en su salud emocional y prevalencia en el consumo de alcohol y otras sustancias. En este contexto el Colectivo Hombres y Masculinidades realiza acciones con el objetivo de contribuir a la “reparación del daño” en las víctimas de la guerra.
Cuando los militares y paramilitares llegan a las comunidades campesinas violentan a las personas con amenazas, asesinatos y violaciones que dañan seriamente la salud de las personas sobrevivientes. Muchos hombres se unen a grupos criminales porque ven en ellos “una manera de reconciliar su masculinidad herida”. Existen jóvenes colombianos que nacieron en este contexto y no conocen otras realidades, tampoco otras formas de ser hombres distintas a las “bélicas”. Por eso, a Javier Omar Ruíz le parece fundamental que las acciones para reparar los daños ocasionados por el conflicto armado consideren el trabajo con hombres jóvenes con una perspectiva que fomente masculinidades pacíficas y la cooperación como medio para construir una sociedad colombiana post conflicto armado, y donde sea realidad la consigna: “Ni un hombre más para la guerra. Todos los hombres para la paz”.
Ve completa la conferencia “Masculinidades, conflicto armado y movilización migratoria”, realizada por Masculinidades por la Igualdad, Piura, dentro de la IX Conferencia Internacional de Masculinidades y Migración. Junio de 2022: