Paternidades que fomenten el bien-estar al interior de las familias son indispensables para tener una sociedad saludable.
Cuando Gabriel Licea Muñoz se convirtió en papá confiesa que no tenía ni la más mínima idea de cómo involucrarse en la crianza y el cuidado. -Fue cosa de ir mediando la convivencia- confiesa el también psicólogo y fundador del colectivo Hombres trabajando(se). Él explica que, en un principio, su primer reto fue coordinarse con su pareja para poder alimentar a su bebé: mientras ella se encargaba de darle pecho, él dormitaba y una vez cumplida esa misión, entraba al juego llevándolo de nuevo a la cuna, cambiándolo si lo necesitaba y esperando a que durmiera su hijo. Así la lactancia se convirtió en un trabajo en equipo y poco a poco todo lo que tenía que ver con la paternidad se fue transformando en un aprendizaje cotidiano del cuidado fuera de las tradiciones violentas de la crianza.
Otro aspecto importante en este proceso de aprendizaje paterno tiene que ver con la estabilidad, explica Gabriel Licea, pues los hombres necesitan buscar su propio equilibrio para poder ejercer el cuidado de otros. En este equilibrio, Gabriel contempla el desarrollo de tres aspectos que conforman la triada ideal: el espacio físico, el espacio intelectual y el espacio emocional.
Otro aspecto que Gabriel contempla dentro de sus investigaciones y también dentro del trabajo que realiza con los grupos de hombres que asisten a las sesiones que imparte, tiene que ver con los problemas que se pueden presentar al paternar y los grupos de apoyo que se pueden generar si estos temas se convierten en un intercambio cotidiano entre pares.
Hacer comunidad, para Gabriel ha sido fundamental en su descubrimiento paterno. Cuando debutó en el tema de la crianza confiesa que le hubiera gustado tener un espacio a donde acudir cuando surgían dudas, miedos o incertidumbres, por eso ahora promueve espacios seguros para construir paternidades que fomenten el bien-estar.
Parafraseando a Simone de Beauvoir, no se nace padre, se aprende a serlo y la paternidad es una construcción cotidiana que involucra el trabajo constante en el espacio físico, el espacio intelectual y el espacio emocional; la intención de este trabajo cotidiano con hombres es construir otras formas de vinculación entre el amor, la plenitud y la libertad. Al final de su conversación Gabriel aprovecha para compartir con la comunidad un obsequio, que a su vez se convierte en una metáfora de su vida y de su paternidad, recibió un árbol de guayaba con un mensaje contundente y amoroso: un padre sabe que sus hijos necesitan suelo firme para echar raíces, amor para crecer fuertes y alas para ser libres. Y en la búsqueda de esa libertad Gabriel busca hacer comunidad para construir desde la raíz sociedades más saludables, más auténticas, más amorosas.
Consulta la presentación completa “¿Cuáles son los significados de las paternidades? ¿Qué propuestas existen para la construcción de paternidades basadas en la igualdad?” organizada por el Observatorio de la Escuela Libre de Psicología.