Bystanders, así se les llama a los hombres que mantienen relaciones pacíficas, pero que no se pronuncian en contra de los actos violentos de sus congéneres. Bystander se traduce como “espectador” o “en espera”. Estos hombres son importantes para la igualdad de género, porque pueden mostrar a otros varones que la masculinidad no está ligada, necesariamente, a prácticas violentas, pero ellos necesitan un impulso para actuar. Clara Alemann, de la organización internacional Promundo, está convencida de que se deben cambiar los modelos de masculinidad y, en esa tarea, pueden contribuir los bystanders.
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Necesitamos que los hombres no violentos sean activos, e inviten a otros hombres a dejar sus violencias.
Bystanders, así se les llama a los hombres que mantienen relaciones pacíficas, pero que no se pronuncian en contra de los actos violentos de sus congéneres. Bystander se traduce como “espectador” o “en espera”. Estos hombres son importantes para la igualdad de género, porque pueden mostrar a otros varones que la masculinidad no está ligada, necesariamente, a prácticas violentas, pero ellos necesitan un impulso para actuar. Clara Alemann, de la organización internacional Promundo, está convencida de que se deben cambiar los modelos de masculinidad y, en esa tarea, pueden contribuir los bystanders.
Las ciencias del comportamiento ofrecen herramientas para fomentar cambios en las prácticas violentas de los individuos; sin embargo, surge una pregunta: ¿con el cambio en las identidades de los hombres se acaba la violencia? Manuel Contreras, especialista del Banco Mundial en Desarrollo Social para América Latina y el Caribe, afirma que es fundamental, también, lograr el cambio en las estructuras sociales.
ONU Mujeres ha realizado diversas campañas con el objetivo de propiciar la reflexión de los hombres, e integrarlos en las acciones para detener las conductas violentas hacia las mujeres. Belén Sanz Luque de ONU Mujeres, recuerda dos de las más replicadas: “No es de hombres” y “Dejemos de hacerlo”. Una vez terminadas, se hizo un seguimiento para saber el impacto que tuvieron en los hombres.
Los medios de comunicación refuerzan estereotipos sobre masculinidad y feminidad, pero también pueden cuestionarlos. Por eso, Suzanne Duryega, del Banco Interamericano de Desarrollo, dice que la radio y la televisión son importantes para cambiar actitudes, porque las personas están constantemente expuestas a sus mensajes.
Es necesario trabajar a corto, mediano y largo plazo para disminuir la violencia hacia las mujeres y generar masculinidades igualitarias. Hay diversos ámbitos desde los que se puede realizar ese trabajo, “para prevenir la trasmisión intergeneracional de la violencia”. Uno es fomentar la reflexión y la “redistribución del poder y los privilegios”, otro es el cambio de los modelos de masculinidad hegemónicos por otros pacíficos e igualitarios y otro más, es la promoción de paternidades amorosas e involucradas en el cuidado. Clara Alemann del Instituto Promundo afirma que “la violencia genera violencia, mientras el cuidado genera prácticas de cuidado y moldea relaciones de igualdad y respeto mutuo”. Por su parte, Belén Sanz Luque de ONU Mujeres, dice que en el siglo XXI es necesario que los hombres participen activamente en la reducción de la violencia. Las participantes de esta presentación virtual invitan a los bystanders, hombres que esperan una motivación para actuar, a participar en la construcción de un mundo menos violento, a replicar entre hombres prácticas de cuidado, buen trato e igualdad. Los del XXI estamos convencidos de que la radio y la televisión son importantes para promover el cambio de actitudes, porque las personas están constantemente expuestas a sus mensajes.
Ve completa la conferencia “Transformando comportamientos nocivos para poner fin a la violencia contra las mujeres”. Noviembre de 2021:
