En una “cultura mortificante” es necesario hablar constantemente del buentrato.
Para muchas personas el maltrato inicia desde las primeras horas del día: salen apurados y sin desayunar para alcanzar el transporte a tiempo. Ya en el metro, o camión, los empujones son fuertes para tratar de abordar, hay quienes, incluso, reciben insultos por haber empujado en la inercia a otro pasajero. Si no llegan a tiempo al trabajo, hay regaños y amenazas sobre su descuento de sueldo. Por eso cabe la pregunta ¿pueden existir masculinidades pacíficas en una cultura mortificante, maltratante?
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¿Pueden existir masculinidades pacíficas en una cultura mortificante, maltratante? Ricardo Ayllón González, maestro en Educación Humanista, y miembro fundador de GENDES, dice que sí es posible, y eso requiere trabajar varios procesos con enfoque en el buentrato.
En las primeras décadas del siglo XXI la palabra buentrato ya existe en algunos diccionarios, antes sólo se encontraba la palabra maltrato. En estos mismos años, el estrés se enlista como uno de los principales problemas de salud mental. Las obligaciones familiares, extensas jornadas de trabajo y la exigencia de estar siempre conectado, generan ese estrés. Ricardo Ayllón apunta que ese maltrato se incorpora y se replica en nuestras relaciones cotidianas.
El maltrato está fuertemente ligado a la educación hegemónica sobre ser hombre. En las sesiones de acompañamiento a hombres violentos, el maestro Ricardo conoció la experiencia de un hombre que de niño fue obligado por su papá a pelearse, “para que aprendiera a no dejarse de los demás”. Esta y otras ideas aún están muy presentes en la educación de los niños, e impiden el desarrollo de masculinidades pacíficas, empáticas e independientes.
Una masculinidad bien-tratante es una masculinidad alternativa a la hegemónica, porque está conformada de características como el reconocimiento de la otredad, la empatía, el diálogo, la interacción igualitaria, entre otras. El maestro Ayllón identifica algunas preguntas con las que se puede comenzar el trabajo sobre sí mismo, y generar buentrato.
El maltrato está presente en todos los ritos de paso que nos hacen convertirnos en hombres. En otras palabras, aprendemos a ser hombres maltratando a otras personas y a nosotros mismos. Una de las primeras enseñanzas que recibe un niño varón es que debe pelearse para que nadie abuse de él; otra, es que no debe llorar, y otra más: si no te comportas, te toca cinturón… todas estas enseñanzas son agresión y represión, prácticas de mal-trato. Por eso cabe la pregunta: ¿en una cultura mal-tratante pueden existir masculinidades bien-tratantes? El maestro Ricardo Ayllón, afirma que sí; pero es necesario promover el cambio en los códigos sociales que dictan cómo deben ser los hombres. También, modificar las dinámicas de convivencia “mortificante” en la familia y el trabajo. Él, retoma la invitación de Fina Sanz: hacernos un regalo de buentrato al día: hacer algo que nos haga sentir bien, y desde ese bienestar relacionarnos con el mundo.
Ve completa la sesión Masculinidades y Buentrato , realizada en el marco de la maestría en Estudios de Género, de la Universidad Autónoma de Tlaxcala. Diciembre de 2021.
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