La heterosexualidad es obligatoria, así lo exige la caja de la masculinidad. Por eso las expresiones homofóbicas se vuelven extremas cuando van dirigidas a las personas que, entre comillas, han traicionado la masculinidad. Los crímenes de odio son muestra de ello: la esperanza de vida de las mujeres trans es de alrededor de 45 años.
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Entre más homofóbicos más hombres.
La heterosexualidad y el rechazo a todo lo que no sea considerado masculino, es el mandato principal de la masculinidad hegemónica. La homofobia es la forma de expresar ese mandato. Por eso muchos hombres no pierden la oportunidad de mostrar su rechazo y reafirmar su masculinidad entre amigos haciendo bromas donde se denigra la homosexualidad, en el estadio gritando puto, o en la calle agrediendo a las personas LGBTTTIQ+. La cosa es dejarle claro al mundo que uno sí es machín y le gustan las mujeres. Emilio Moreno Mejía, estudió Psicología en la UNAM y colabora en la Coordinación de Igualdad de Género, él señala que las expresiones homofóbicas, incluso, cobran vidas.
La heterosexualidad es obligatoria, así lo exige la caja de la masculinidad. Por eso las expresiones homofóbicas se vuelven extremas cuando van dirigidas a las personas que, entre comillas, han traicionado la masculinidad. Los crímenes de odio son muestra de ello: la esperanza de vida de las mujeres trans es de alrededor de 45 años.
En siglos pasados se consideraba la homosexualidad como una enfermedad. Hoy, en pleno siglo XXI, la desinformación sigue presente, incluso en la ciencia. Aún existen terapias de conversión y tratamiento para “corregir” la homosexualidad. A esa violencia se suma el rechazo y señalamiento de muchas religiones hacia la diversidad sexo-genérica.
Las personas de la diversidad viven la homofobia en la calle, la escuela, el trabajo, en cualquier espacio público; pero la sufren más cuando es su propia familia quien les violenta. Por eso, entre los asistentes a esta sesión virtual, surge la pregunta: ¿cómo romper la heteronorma y la homofobia en la familia?
México es uno de los países en el mundo con mayor número de crímenes de odio registrados: alrededor de 96 al año, 8 cada mes, según cifras del CONAPRED. A esa violencia se le suman las discriminaciones y la nula aceptación de las familias de muchas personas de la comunidad LGBTTIQ+. Los tratamientos ECOSIG son buscados en su mayoría por los familiares, ahí se somete a las personas a procesos para “curar” su expresión y preferencia sexo-genérica, pero en realidad dañan gravemente su autoestima y salud mental. En algunos estados de México estas prácticas ya están prohibidas por la ley porque atentan contra los derechos humanos de las personas; así, se busca generar una sociedad que reconozca y acepte la diversidad. Emilio Moreno, apunta que se debe seguir trabajando en la promoción de masculinidades en las que no sea necesario recurrir a la violencia para reafirmar la hombría. Los del XXI son hombres que comprenden la diversidad.
Escucha completa la conferencia “Masculinidades”, realizada por el Club de Neurociencias de la Facultad de Psicología de la UNAM. Octubre de 2021.
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