“Al presenciar la tradición de Los Fariseos intuí su fuerte contenido moral y de género”.
Desde una concepción judeocristiana, la tradición de los Fariseos les enseña a los hombres de San Pedro de la Cueva la importancia de ser moralmente correctos en la convivencia social, pero también les dice, simbólicamente, que deben regular sus comportamientos y su violencia.
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Desde que era niño, los papás de Guillermo Núñez Noriega, doctor en Antropología Cultural, lo llevaban en Semana Santa a presenciar la tradición de Los Fariseos en San Pedro de la Cueva, Sonora; y en años recientes sus visitas a esta festividad han sido bajo la mirada del científico social. Esto lo contó el doctor Núñez en 2019 durante las actividades del décimo Congreso de la AMEGH. Hoy, su investigación ya está plasmada en el libro “Fariseos: Moral, control de impulsos y masculinidad en la tradición folclórica de San Pedro de la Cueva”. Koldovike Ibarra, doctora en Ciencias Humanas, presentó este libro que “propone un diálogo sobre una de las tradiciones más simbólicas del norte de México”.
La doctora Ibarra disfrutó el libro por las imágenes que ofrece la narración sobre la festividad de los Fariseos, y también porque muestra las enseñanzas morales de una comunidad y la manera en que se realiza ese “performance” para señalar lo que esa población considera malo y bueno en las conductas masculinas.
René Córdova, Antropólogo Social, también comentó este libro. Él dice que es una obra “no sólo sobre San Pedro de la Cueva, sino también sobre Sonora y sobre el Norte de México”. Un registro de la celebración de Los Fariseos a principios del siglo XXI, y que, como toda tradición, es susceptible de ser modificada por las nuevas generaciones o de desaparecer.
El doctor Núñez rastreó la existencia de esta tradición, y calcula que existe desde hace casi 400 años. En un principio los misioneros jesuitas representaban a manera de teatro las enseñanzas religiosas, en ellas los Fariseos eran personajes asociados con el mal, lo agresivo, lo salvaje, lo que una buena persona no debe ser. Desde entonces existe un mensaje claro que la tradición “intenta trasmitir”:
El Jueves Santo en la mañana se ve bajar de los montes a unos Fariseos. seres mitad hombres y mitad bestias. Ellos asustan a los niños y amedrentan a los pobladores de San Pedro de la Cueva, Sonora. Después de la representación de la crucifixión de Cristo, surgen otros Fariseos, estos también son hombres, pero vestidos con minifaldas y zapatillas; mientras recorren las calles del pueblo van tomando y bromeando pícaramente con los hombres que encuentran a su paso. Los dos tipos de Fariseos representan todo lo que un hombre no debe ser, dice el doctor Guillermo Núñez. Por eso cuando los niños se portan mal, sus padres les dicen: “pareces fariseo”. Desde una concepción judeocristiana este rito les enseña la importancia de ser moralmente correctos en la convivencia social, pero también cabe señalar que esta tradición les dice simbólicamente a los hombres de San Pedro de la Cueva que deben regular sus comportamientos y su violencia.
En esta dirección electrónica puedes ver la presentación del libro “Fariseos: Moral, control de impulsos y masculinidad en la tradición folclórica de San Pedro de la Cueva”, del doctor Guillermo Núñez Noriega, organizada por el Centro de Investigaciones en Alimentación y Desarrollo, julio de 2021.
Si quieres adquirir el libro, escribe a: gnunez@ciad.mx
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