Aldo intentó asesinar a su exnovia, pero fue detenido antes. Ella había alertado a su familia y existía una denuncia. Cuando le preguntaron sobre sus motivos, Aldo contestó que sintió fuertes celos por la pérdida de su relación, “la necesitaba porque lo hacía sentir bien” y querido. María Eugenia Covarrubias dice que, cuando entrevistó a Aldo, él mostró una pobre imagen de sí mismo, una subjetividad con la imposibilidad de procesar el abandono, la ausencia de la figura paterna y la falta de afecto de la madre; además de una construcción masculina apegada a los estereotipos de poder y dominio en sus relaciones amorosas.
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“Si no eres mía, no serás de nadie”.
Este pensamiento lo tienen muchos jóvenes que viven sus relaciones con apego y estereotipos del “amor cautivo”, pensamiento que estaba instalado en la mente del exnovio de Karina cuando la asesinó. Ella tenía 19 años y estudiaba ingeniería en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México; su relación ya no tenía futuro, por eso terminó con él en mayo de 2013. Él, no pudo con la frustración, como hacen muchos hombres, sólo pudo mostrar enojo. No habló, no se desahogó. Un viernes, guardó entre su ropa un cuchillo, fue a buscar a Karina y después de pedirle que no lo dejara, sacó el arma y le dio 25 puñaladas. Esta historia fue real, y motivó a María Eugenia Covarrubias, Maestra en Psicoterapia y docente en la UACM, a investigar sobre la violencia en las relaciones de noviazgo de los jóvenes.
Después del asesinato, él fue a una fiesta donde se encontraban sus compañeros y les dijo lo que había hecho; nadie le creyó, al siguiente día supieron que era verdad. Esta generación de jóvenes crece en un mundo en el que las relaciones son un poco más libres; sin embargo, las estadísticas muestran aumento de violencia, y la persistencia de las ideas de amor romántico y amor cautivo en las relaciones de los jóvenes.
“Los celos son igual a violencia”, dice enfáticamente María Eugenia Covarrubias. Esa actitud de dominio y poder es parte de una construcción de la masculinidad tradicional y tóxica. Hombres de entre 15 y 29 años asesinaron a mujeres cuyas edades iban de los 14 a los 29 años. Se trata de 69 asesinatos registrados de enero a junio de 2021 en la Ciudad de México y el Estado de México, en todos los casos hay un factor en común: los celos.
A la Maestra Covarrubias le sorprende encontrar casos en los que jóvenes de 14 años han matado por, comillas, amor. Lo han hecho aventándolas, golpeándolas, asfixiándolas o apuñalándolas. Ella enfatiza en que se debe trabajar en la prevención a partir de la sensibilización sobre la violencia y el cambio de chip sobre el amor romántico y el amor cautivo.
Aldo intentó asesinar a su exnovia, pero fue detenido antes. Ella había alertado a su familia y existía una denuncia. Cuando le preguntaron sobre sus motivos, Aldo contestó que sintió fuertes celos por la pérdida de su relación, “la necesitaba porque lo hacía sentir bien” y querido. María Eugenia Covarrubias dice que, cuando entrevistó a Aldo, él mostró una pobre imagen de sí mismo, una subjetividad con la imposibilidad de procesar el abandono, la ausencia de la figura paterna y la falta de afecto de la madre; además de una construcción masculina apegada a los estereotipos de poder y dominio en sus relaciones amorosas. Ella está segura que se debe trabajar con los jóvenes desde edades muy tempranas sobre sus concepciones de amor, sobre su educación emocional y el amor propio. En esta charla virtual, ella también los invita a que entre ellos cuestionen las ideas de posesión hacia sus parejas, los celos y todo aquello que se concibe como amor, pero en realidad es violencia.
Ve completa la charla virtual “Jóvenes en relación de noviazgo: violencia y feminicidio”, organizada por el Centro de Investigaciones en Alimentación y Desarrollo, mayo de 2021:
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