¿Es posible reparar a un país roto por la violencia?
Construir procesos de paz en Colombia ha reunido a colectivos, artistas, activistas, e investigadores para diseñar un baúl de herramientas físicas y digitales, con las que buscan animar espacios de diálogo, de intercambio y de aprendizaje en los que han desarrollado dinámicas de paz desde el arte y la cultura. Ángela Pérez, integrante de Cultura – Banco de la República, Colombia, señala, con voz firme, que este trabajo de la sociedad civil está enfocado en atender la crisis de violencia en Colombia.
Escucha el programa completo:
La paz se toma la palabra es una red cultural que tiene sus cimientos justamente en esta palabra: paz, con ella propician el diálogo con niños, jóvenes y adultos a través de diferentes dinámicas que han diseñado de acuerdo a cierto rango de edad, por ejemplo, a los niños se les pregunta ¿Cómo se sienten frente a la guerra y cómo piensan la paz? mientras que con jóvenes y adultos han desarrollado una dinámica que tiene por nombre Cartas de la persistencia para establecer, lo que el colectivo llama, diálogos improbables.
Dice Ángela Pérez que Pensar el mapa de mi propio cuerpo como un lugar de paz exige preguntarnos ¿Qué ha pasado en este cuerpo? ¿qué lo ha vulnerado? ¿qué zonas han sido impactadas por la guerra y por la violencia? El colectivo Cultura – Banco de la República busca que la comunidad pueda nombrar el impacto que tiene la guerra y la violencia en sus vidas, pero también busca escuchar esas voces silenciadas que pertenecen a los desplazados, a los migrantes, a quienes tienen que moverse de su lugar porque está en juego su vida.
Para Angela la escucha es fundamental, y en este diálogo en el que participaron mujeres de varios países surgió una duda contundente ¿cómo abrir los canales de escucha de ida y vuelta? ¿no les parece que a veces los diálogos por la paz fracasan porque esos canales no están abiertos? Angela asiente, y mientras toma la palabra resalta la importancia de lo que ella llama escuchar en el tiempo.
Los diálogos improbables son esos intercambios que quizá nunca sucederían pero que el arte impulsa y la cultura moviliza. Ángela y su equipo han lo grado que exguerrilleros hablen desde el arte y compartan el impacto que tuvo la violencia en sus vidas. Para Angela esto es fundamental porque Colombia es un país roto por la violencia, pero también tiene la fortuna de que su comunidad haya impulsado acciones de paz que buscan resanar esas fisuras. Desde sus dinámicas de trabajo todas las personas importan: niños, niñas, jóvenes y adultos, todos estos sectores son impactado por la violencia y hay que trabajar de distintas formas con cada uno para empezar a desnaturalizarla. El arte es y será su mejor aliado porque abre rutas que tocan fibras sensibles. Ante todo esto regresamos a la pregunta inicial ¿Es posible reparar a un país roto por la violencia? Las ponentes coinciden en un rotundo SI. Las marcas de esas fisuras quedarán en la historia del cuerpo de Colombia, y también en los cuerpos que trabajan por la paz; escuchar esa historia, una y otra vez, con renovados oidos permitiran trazar otras rutas en el transitado camino por la paz.
Escucha la sesión completa Cultura, desplazamientos y procesos de paz realizada durante el Foro Cultura, género y movilidad humana organizada por la Coordinación de Igualdad de Género de la UNAM.