“Una constante búsqueda de libertad”, me llevó a cuestionar la caja de la masculinidad.
Los participantes de esta mesa de diálogo virtual ya no sufren por no ser los hombres que les dijeron deberían ser, ellos han elegido salirse de “la caja de la masculinidad” y vivir relaciones menos violentas consigo mismos y con otras personas. También tienen el compromiso de cuestionar sus actitudes constantemente, porque saben que el género es relacional y las relaciones igualitarias se construyen con las prácticas cotidianas, en la universidad y en todos los espacios de convivencia diaria.
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“Una constante búsqueda de libertad”, me llevó a cuestionar la caja de la masculinidad.
Estas palabras las expresó Luis Hernández, moderador del conversatorio “Los estudiantes universitarios frente a las violencias machistas”, pero las pudo haber dicho cualquier otros participante de la mesa. Sus historias son muy parecidas cuando recuerdan la etapa en que comenzaron a cuestionar la masculinidad tradicional. Todos se sintieron “liberados” cuando los mandatos de género dejaron de preocuparles. Erick Verdín, de la Universidad Autónoma de Querétaro, habla de la “ternura radical” como un concepto que le permite repensarse y transformar su identidad masculina.
Los diferentes, los raritos, los no tan hombres. Así fueron clasificados los participantes de este conversatorio cuando eran muy chavos. Antonio Vargas, de la FES Acatlán, dice que “nunca encajó, por no ser el hombre que debió ser”, por no seguir los estereotipos presentes en sus círculos sociales. Eso ya no le preocupa, ahora procura compartir sus reflexiones sobre la masculinidad con los otros hombres con quienes convive.
En algunos espacios donde desarrolla sus actividades, Jesús Ruíz de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, ha visto incomodidad de las personas porque él es “muy afeminado”, dicen. Incluso, en una ocasión, en la escuela donde trabajaba, un padre de familia le reprochó su forma de ser. Desde que comenzó a cuestionar los modelos de masculinidad, a Jesús ya no le importa encajar en “la caja de la masculinidad”, y hasta le gusta incomodar a los machines.
Por muchos años, Emmanuel Paz de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, se sintió incomodo con el hombre que trataba de ser: fuerte, inexpresivo, violento… Durante su proceso de reflexión sobre su identidad, se dio cuenta de que para él “la masculinidad se trata de estar cómodo”, con tu forma de ser.
La masculinidad es como el baile, si sigues los mandatos sólo te mueves de un lado a otro, de forma aburrida, pero si cuestionas esos mandatos, “te liberas y bailas como tú quieres”, te sientes mejor y te mueves como te gusta. Joshua Martínez de la UNAM, hace esta metáfora entre la masculinidad y el baile porque para él es evidente que los estereotipos de género limitan el desarrollo y la felicidad de las personas. Los participantes de esta mesa de diálogo virtual ya no sufren por no ser los hombres que les dijeron deberían ser, ellos han elegido salirse de “la caja de la masculinidad” y vivir relaciones menos violentas consigo mismos y con otras personas. También tienen el compromiso de cuestionar sus actitudes constantemente, porque saben que el género es relacional y las relaciones igualitarias se construyen con las prácticas cotidianas, en la universidad y en todos los espacios de convivencia diaria.
Ve completa la mesa “Los estudiantes universitarios frente a las violencias machistas”, realizada en el marco del Encuentro Interuniversitario sobre Hombres y Masculinidades. Mayo de 2021: