“Eres mía y yo soy tuyo”. La frase la encontramos en infinidad de canciones, en incontables poemas y en muchas películas. Esa idea de posesión y propiedad vinculada con el amor la cuestionan jóvenes en el siglo XXI, sobre todo mujeres que no desean ser violentadas en nombre del amor. Ellas dicen que no buscan relacionarse con príncipes, porque ellas ya no caben en el modelo de princesas.
Escucha el programa (duración 10 mis. 03 seg.):
Amigo, date cuenta. “¡Las princesas ya no están en el castillo esperándote!”
Es más, muchas mujeres ya no quieren ser concebidas como princesas que deben ser rescatadas y conquistadas, lo que quieren es tener relaciones donde sean respetadas y apreciadas como seres humanos con autonomía y deseos propios, entre otras cosas. La expectativa social en las relaciones afectivas es cada vez más cuestionada. Ejemplo de esto es el conversatorio “Amor romántico, ¿qué debe hacer el príncipe azul?”, en donde Alí Siles, investigador del CIEG, reflexionó sobre la estrecha relación de los roles de género con la idea romántica del amor.
Los cuentos de príncipes y princesas dicen que él lucha por ella y la conquista, ella se resiste un poco y después termina profundamente enamorada; se hacen novios, se casan, tienen hijos, él se dedicará a proveer, ella a mantener el hogar y serán felices por siempre. Pero en las historias reales la idea de posesión puede causar violencias graves cuando no se cumplen las expectativas de la pareja. Así lo dice Edith Flores, profesora-investigadora de la UAM Xochimilco: (en audio)
“Eres mía y yo soy tuyo”. La frase la encontramos en infinidad de canciones, en incontables poemas y en muchas películas. Esa idea de posesión y propiedad vinculada con el amor la cuestionan jóvenes en el siglo XXI, sobre todo mujeres que no desean ser violentadas en nombre del amor. Ellas dicen que no buscan relacionarse con príncipes, porque ellas ya no caben en el modelo de princesas.
“Si a ellas no les gusta esa forma “romántica” de relacionarse, ¿entonces cómo nos acercamos a ellas?”. La duda es la misma en muchos hombres que tienen la intención de no repetir actitudes machistas con sus parejas. El tema es complejo, dice Edith Flores, pero es fundamental la comunicación y el consentimiento, “hacer explícito lo que se espera y lo que se está dispuesto a dar”.
El 14 de febrero, día de San Valentín, es una buena fecha para observar las concepciones que tienen las personas sobre el amor. Son muy diversas. Hay quienes añoran el amor romántico y no perdonan que sus parejas no tengan un detalle con ellas; hay quienes odian la celebración y la consideran, junto con el amor, “pura mercadotecnia”. No faltan los chistositos que preguntan con cuál de las tres novias que tienen deben pasar el día, y también están quienes dan un mensaje sobre prácticas amorosas más igualitarias, sin posesividad ni violencias. El amor como expresión humana no escapa de los estereotipos sociales, pero tampoco de los cuestionamientos sobre las formas de vivirlo. Hoy la reflexión se da porque queremos disfrutarlo más que sufrirlo, no “morir de amor” como en las novelas románticas, y sí vivir relaciones más sanas, equitativas, plenas, de esas que se construyen día a día y perduran, incluso, más allá de la muerte.
Ve completa la mesa “Amor romántico ¿Qué debe hacer el príncipe azul?”, realizada por la Unidad de Prevención de la Violencia de Género de la UAM Xochimilco, febrero de 2021:
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