Los mensajes que trasmitimos, las historias que contamos, el lenguaje y cada una de las palabras que utilizamos provocan reacciones y generan opiniones en quienes los leen, escuchan o ven. Como periodistas y comunicadores tenemos la oportunidad de “ofrecer al público algo distinto a la violencia”… cuando los medios de comunicación están en los cimientos y la construcción de masculinidades pacíficas producen mensajes e historias que sensibilizan desde la empatía.
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Narcotraficantes, sicarios y asesinos son los protagonistas de un mismo tema: la muerte. Pero… si en los medios de comunicación se ofrecieran más historias de hombres, que ayudan a niños maltratados y a personas vulnerables, que respetan a los animales y a la naturaleza ¿cambiaría la necesidad de muchos hombres de mostrarse machines? Sí, asegura Gary Barker, por eso la demanda en los medios de comunicación debe cambiar, “¿qué medios vemos y cuáles historias están contando?”.
En las primeras décadas del siglo XXI las redes sociales llegan a un público numeroso que prefiere informarse y formar sus opiniones a partir de lo que encuentran en twitter o facebook. Por ello, Juan Carlos Ramírez, doctor en Ciencias Sociales y Antropólogo Social, considera fundamental utilizar estos medios para promover masculinidades fuera de la caja de la masculinidad.
En la cola de las tortillas, en la sobremesa, en las reuniones familiares, en el bar con los amigos y hasta en los paseos con la pareja se puede dialogar sobre las consecuencias de vivir identidades tóxicas. Se vuelve necesario cuando sabemos que los costos son altos. Alejandra Salguero, doctora en Sociología y docente de la FES Iztacala, opina que la conversación puede favorecerse a partir de la difusión que hagan los medios de comunicación.
Conversando con amigos sobre las consecuencias vividas por “ser muy hombres”, salen a relucir las actitudes de riesgo a las que nos exponemos: peleas uno a uno y también campales; accidentes por conducir en estado de ebriedad y problemas con la policía; pero después de unas sonrisitas “muy masculinas” sale el comentario : la neta no demostramos nada, no ganamos nada, solamente crudas morales y algunas cicatrices, de esas que suele mencionar Benno De Keijzer, Cómplice con mayúsculas: nuestras cicatrices tienen historia y digo yo, siempre nos recordarán una gran cruda moral. Es raro hablar reflexivamente de esto entre hombres, cuando se hace es anecdóticamente y en tono orgulloso. Por eso, como bien señala el doctor Juan Carlos Ramírez, es necesario dialogar sobre los costos de una masculinidad tóxica en los diferentes espacios donde convivimos, desde el bar hasta en la cola de las tortillas; desde nuestras redes sociales hasta en los medios de comunicación públicos como Radio Educación, para visibilizar que existen pérdidas y podemos cambiarlas por ganancias, en salud y en mejores relaciones cotidianas.
Escucha las entrevistas completas:
Dra. Alejandra Salguero:
Dr. Gary Barker:
Dr. Juan Carlos Ramírez:
