Responsabilidad afectiva es diálogo, consenso y cuidado mutuo.
Entre las generaciones jóvenes se escucha hablar cada vez más sobre la responsabilidad afectiva en sus relaciones. Ser afectivamente responsable se vuelve necesario cuando las relaciones interpersonales y amorosas experimentan cambios, como sucede en el siglo XXI. Sin embargo, los mandatos de masculinidad aún están muy presentes en los hombres y limitan la posibilidad de vivir relaciones donde no existan la posesividad, el control y la violencia. Camilo Abarca es estudiante de Sociología en la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación, en Chile. Él dice que en su generación se habla cada vez más de responsabilidad afectiva.
En nuestro contexto socio-cultural existen obstáculos que dificultan los vínculos desde la responsabilidad afectiva. A los mandatos de masculinidad y las ideas de amor romántico se le suma el individualismo propio de la época hipermoderna en la que vivimos. Hoy los jóvenes hablan del ghosting, algo así como “hacerse el desaparecido”, una actitud opuesta a la responsabilidad afectiva.
En el siglo XXI aún se generar estigmas sobre los hombres que pasan largos periodos de su vida solteros, es común que se cuestione su masculinidad y sus preferencias sexuales. Camilo dice que, por esos motivos, muchos hombres tienen pareja de manera automática, sin “tener claridad” de lo que quieren y pueden dar en su relación.
“Ella es mi media naranja”, “mi otro yo”, “la dueña de mis quincenas”, éstas son ideas que muestran la manera en que concebimos las relaciones de pareja. El amor romántico es cuestionado por el feminismo y los estudios de la masculinidad con el objetivo de promover relaciones no-violentas, sanas y equitativas. Ese cuestionamiento lo han realizado jóvenes como Camilo, para él, una relación amorosa necesita claridad sobre lo que cada uno quiere.
Coral Herrera, doctora en Humanidades y Comunicación Audiovisual, cuestiona las ideas de amor romántico y dice que una “autocritica amorosa” nos lleva a la responsabilidad afectiva y a la vivencia de relaciones saludables y satisfactorias. Esta autocrítica surge al realizarse preguntas como: ¿se siente bien tratada mi pareja? ¿Qué tipo de relación me gustaría tener? ¿Estoy siendo honesto conmigo… con ella?
Estas y más preguntas, que surgen antes y durante la relación, dan claridad y disminuyen la posibilidad de que los involucrados resulten heridos emocionalmente, e incluso, de que surjan violencias en la relación.
Camilo Abarca señala que otra pregunta fundamental es: ¿Cómo aprendiste a ser hombre? Porque, a partir del cuestionamiento a los mandatos de género, podemos abrirnos, conocer y expresar nuestras emociones y ser responsables con las personas con quienes nos relacionamos afectivamente. ¡Cachái!
En esta dirección electrónica puedes ver completo el diálogo “Responsabilidad Afectiva” realizado en el ciclo “¿Y qué pasa con los hombres? Conversaciones necesarias sobre masculinidades”, de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación. Chile, noviembre, 2022.
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