Una actividad que para más de una persona se ha convertido en parte de sus hábitos es revisar las redes sociales por la mañana. Despertar, tomar el teléfono y sumergirse en la línea del tiempo que da cuenta de los acontecimientos más recientes en México y el mundo, todo, incluso sin salir de la cama. Los espacios digitales cada vez son más populares y si bien llevan un par de décadas en ascenso, hoy vale cuestionarnos de qué manera influyen los entornos digitales en la vida real y que tanto de nuestra vida cotidiana plasmamos en las redes sociales. Valeria Ramírez decidió ir más allá con su investigación y se centró en el impacto de la narco cultura en los entornos digitales, sobre todo, cómo es que niños y jóvenes están consumiendo esos contenidos e incluso contemplándolos como referencia aspiracional.
Para adentrarse en ese entorno de las redes sociales y la narco cultura Valeria empleó la siguiente estrategia: creó un alias, con una fotografía de una chica menor de edad (unos 15 años aproximadamente) y entró a grupos en Facebook con nombres de cárteles o de miembros del crimen organizado, ahí empezó a identificar las características más frecuentes que los integrantes destacan para enlistar a niños desde temprana edad y recuerda el caso de dos de ellos Juanito pistolas y Edgar, alias “El Ponchis”.
En su investigación, Valeria documenta cómo es que la masculinidad se ha involucrado en el narcotráfico a lo largo de la historia, hasta el momento ha identificado 4 clasificaciones clave: masculinidad gomero, masculinidad heroica, masculinidad guerrera y masculinidad narco. Así las explica:
Los jóvenes han tomado como referente las figuras de internet para generar visiones aspiracionales sobre el mundo del narco. Acceder a “beneficios económicos”, al poder, fuerza, dominio y el acceso a placeres, son algunos de los aspectos que Valeria ha identificado a través de su investigación basada en la “etnografía digital” que estudia el modo en que las personas se comportan e interactúan en el ciberespacio y que a su vez construye comunidades y culturas reales, mediadas por el ordenador.
La vida en internet transciende el mundo digital y como señalan desde el Frente Nacional para la Sororidad “lo digital es real”. Valeria centró su investigación en los niños, jóvenes y adolescentes que están expuestos a la virtualidad pero que en estos espacios también encuentran los medios para satisfacer sus carencias, miedos y aspiraciones. En su investigación relata el camino que trazó para poder ingresar a ciertos espacios virtuales delimitados por el crimen organizado y señala que tuvo que acceder con un “alias” menor de edad porque de lo contrario no le aceptaban en los grupos. Captar la atención de jóvenes y niños es una de las estrategias que el crimen organizado está implementado para sumarles a sus tropas, con la promesa de subsanar las carencias económicas e incluso de pertenencia que enfrentan de manera cotidiana. Una vez que están ahí, niños y jóvenes se muestran ante el mundo a través de las redes sociales, lo cual se considera un “logro”. Para Valeria es fundamental repensar cómo habitamos los espacios digitales, qué contenidos consumimos y de qué manera contribuimos a la repetición de la violencia… algo así como “replantearnos nuestros hábitos digitales”.
Consulta la conferencia “Narcocultura, masculinidad e identidades en adolescentes varones a través de Facebook” visita las redes del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias UNAM.