“¡No quiero tu piropo, quiero tu respeto!”, “¡tu morbo es un estorbo!”, “¡no es no!”, “¡rompe el pacto!”, “¡nos queremos vivas!”… las pancartas que circulan en la marcha del 8 de marzo son claras, todas ellas muestran el deseo de vivir tranquilas, sin sufrir esa violencia cotidiana que les hace difícil la vida. Los hombres podemos, ¡debemos! escuchar lo que ellas gritan, reflexionar y cambiar nuestras relaciones violentas. César Torres dice: “más que aliados feministas, podemos ser desertores del patriarcado… como disidentes provocaríamos el cambio”, poner el ejemplo con nuestros actos y así sumarnos al cambio desde nuestros espacios.
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En el 8M ¿qué onda con los hombres?
Algunos están en las redes sociales quejándose de las manifestaciones de las mujeres; otros escuchan las demandas que ellas gritan durante las marchas, las congregaciones en el zócalo y en diversas plazas de las ciudades del país; otros pocos se encuentran en sus espacios cotidianos reflexionando sobre su masculinidad y las relaciones que mantienen con las mujeres. Estos tres tipos de hombres son notorios cada 8 de marzo, dice César Torres Cruz, investigador del Centro Interdisciplinario de Estudios de Género de la UNAM. Los paros, las marchas, los monumentos pintados y las vallas de acero intervenidas han provocado reacciones a favor y en contra; positivas y negativas. César Torres está seguro que los hombres también podemos participar en los cambios que propone el 8M.
Las fotos, los reportajes, cualquier publicación en redes sociales relacionada con las movilizaciones del 8 de marzo tienen comentarios de hombres, muchos en tono de menos precio o burla. Estos varones tienen la necesidad de opinar sobre todo, pero no hablan de ellos, César Torres sugiere a estos hombres hacer menos comentarios hacia ellas, las mujeres, y aprender a escucharlas mejor.
A diferencia de años anteriores, en 2021 hubo hombres que acompañaron la marcha sin aferrarse a caminar en el frente o invadir el espacio de las mujeres. El doctor Torres asegura que los hombres podemos acompañar este movimiento “desde nuestros propios espacios”. Poco a poco, los hombres interesados en las relaciones igualitarias, lo vamos comprendiendo.
Aliados, hombres feministas, hombres pro-feministas, muchos han buscado una manera de nombrarse para posicionarse ante los demás; sin embargo, es innecesario clasificarse de alguna manera, lo que realmente importa es vivir relaciones sanas e igualitarias dentro del hogar y en el espacio público.
“¡No quiero tu piropo, quiero tu respeto!”, “¡tu morbo es un estorbo!”, “¡no es no!”, “¡rompe el pacto!”, “¡nos queremos vivas!”… las pancartas que circulan en la marcha del 8 de marzo son claras, todas ellas muestran el deseo de vivir tranquilas, sin sufrir esa violencia cotidiana que les hace difícil la vida. Las voces de las mujeres que marchan se dirigen al estado, a las instituciones, a las personas que las representan. Pero también, a los compañeros de trabajo, de la escuela, a familiares y a los que transitan por la calle. Los hombres podemos, ¡debemos! escuchar lo que ellas gritan, reflexionar y cambiar nuestras relaciones violentas. César Torres dice: “más que aliados feministas, podemos ser desertores del patriarcado… como disidentes provocaríamos el cambio”, incluso podemos dialogar con nuestros amigos y familiares hombres, cuestionar el machismo, poner el ejemplo con nuestros actos y así sumarnos al cambio desde nuestros espacios.
Ve el diálogo completo “8M ¿y los hombres qué?, organizado por el Centro de Investigaciones y Estudios de Género de la UNAM, marzo de 2021:
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