Junto con el cuidado y la corresponsabilidad, jugar es una oportunidad para vivir una paternidad activa y cariñosa, alejada de la concepción del papá que únicamente provee económicamente, regaña y castiga. Ser buen padre genera un entorno familiar sano, infancias más plenas y una paternidad gozosa, por eso Félix Pérez invita a poner cara de buen padre y creérsela, comprometerse a vivir una paternidad amorosa, corresponsable y juguetona, una que deje recuerdos entrañables en sus hijos para toda la vida.
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Imagen tomada de juegoideas.com
La paternidad activa crea fuertes vínculos con los hijos: afectos y recuerdos que duran toda la vida.
La paternidad activa se vive a partir del cuidado y las actividades de convivencia que incluyen el arte y los juegos. En la experiencia de Félix Pérez, miembro de la Red de Masculinidades y del Colectivo de Artistas Fuego y Son de Nicaragua, jugar permite poner en acción el cuerpo, pero también propicia una conexión psíquica, e incluso espiritual, entre padres e hijos. Él practica la danza y esa actividad artística le ha permitido jugar con su hija de 6 años utilizando el movimiento corporal, comunicarse a través del arte. Así lo cuenta en el taller virtual que dirige: “El juego y el arte para el ejercicio de una paternidad igualitaria”.
En el taller organizado por la RedMas de Nicaragua, Félix invita a los asistentes a respirar profundo y acostarse en el suelo en posición fetal, moverse poco a poco como si estuvieran en el vientre materno, después estirarse como si ya hubieran nacido, despertar los sentidos para después lograr sostenerse en manos y rodillas, gatear hasta poder levantarse y caminar. La intención de esta actividad es recordar las sensaciones que surgen en los padres durante los primeros meses de vida de sus hijos.
Foto tomada de guiadelnino.com
“Cuando pongo cara de pato, parezco un pato. Cuando pongo cara de vaca, parezco vaca. No me importa lo que piensen los demás, cuando me aburro pongo caras”. Este fragmento del cuento “A veces me aburro” lo utiliza Félix Pérez en otra actividad para invitar a los padres a poner cara de buen papá, y a partir de nombrar el deseo de ser buen papá comprometerse a serlo.
Relaciones igualitarias, fomento de la autonomía, respeto a las otras personas, seguridad en la toma de decisiones de los hijos … a partir del juego se pueden fomentar diferentes habilidades necesarias en la vida de los niños. Félix Pérez dice que al jugar el papá no debe ser una figura que impone su voluntad, sino una que escucha y se adapta al mundo creado por los hijos.
Jugar además de entretenimiento y diversión también es negociación, expresión, imaginación, autoafirmación… y más. Gaudencio Rodríguez, psicólogo y activista en favor de las infancias, asegura que cuando un niño quiere jugar contigo te está invitando a la intimidad de su mundo, porque en el juego ellos expresan sus miedos, sus deseos y otras emociones presentes en sus vidas. Por eso, junto con el cuidado y la corresponsabilidad, jugar es una oportunidad para vivir una paternidad activa y cariñosa, alejada de la concepción del papá que únicamente provee económicamente, regaña y castiga. Ser buen padre genera un entorno familiar sano, infancias más plenas y una paternidad gozosa, por eso Félix Pérez invita a poner cara de buen padre y creérsela, comprometerse a vivir una paternidad amorosa, corresponsable y juguetona, una que deje recuerdos entrañables en sus hijos para toda la vida.
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La segunda sesión “Paternidades en Juego” se realizó el 09 de julio de 2020
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