El 4 de julio de 2019, casi un mes antes de la escritura de este guion, en los medios de comunicación vimos marchar, por los festejos de su independencia, a miles de hombres, tanques y jets, parte del poder militar de Estados Unidos. Diez días después sucede lo mismo en Francia, muchos medios reportan con sorpresa y fascinación un nuevo tipo de soldado, uno que vuela a gran velocidad propulsado por un flyboard. El mundo parece estar más ocupado en la guerra que en la Paz, porque “la violencia está muy arraigada en nuestra cultura”. Ante esta realidad diversos investigadores concuerdan: trabajar sobre la prevención de la violencia necesita de otras narrativas sobre ser hombre. Por ejemplo, hombres que cuidan de sí mismos, de los otros y de la naturaleza; o aquellos que prefieren el diálogo en lugar de la descalificación y el conflicto.
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Sí, los hombres podemos ser agentes de evolución.
El mundo experimenta problemas que dañan el lugar donde vivimos, causan dolor y dificultan el desarrollo pleno y disfrutable de las personas. Si los hombres somos parte del problema, también podemos ser parte de la solución. Fernando Rodríguez Lanuza, maestro en Acción Pública y Desarrollo Social y presidente de la AMEGH, considera que los cambios “necesitan de narrativas que muestren a los hombres como agentes de transformación”.
Mostrar hombres que se han alejado del estereotipo “machín” en los medios de comunicación es fundamental para fomentar Paz; sin embargo, cuando prendemos la televisión o abrimos Netflix, la oferta que se muestra es casi monotemática: la violencia; los productores de series sobre narcos y sicarios se esmeran en los detalles de intrigas y muerte que resultan ser muy rentables. Así lo ve la maestra en Políticas Públicas y Género, Isabella Ventura Esquivel, Cómplice por la Igualdad: (en el audio)
Al igual que el actor Mauricio Ochmann es momento de parar; de no aceptar más frases tan contradictorias como esta: (fastidiado) “combatir la violencia”, palabras que cotidianamente escuchamos en los medios de comunicación y, peor aún, en discursos políticos. Para Marcela Hernández Oropa, maestra en Políticas Públicas y Género, es preciso decir ¡basta! Es urgente trabajar sobre la prevención porque “las medidas reactivas no lograrán la pacificación”.
En los cuerpos policiales y militares principalmente hay hombres; sin embargo, en años recientes esas instituciones armadas han crecido en número y gran parte de las personas que se han integrado son mujeres. Para el doctor Bob Stone, la militarización de los países es preocupante porque las armas son instrumentos de guerra, no de Paz.
El 4 de julio de 2019, casi un mes antes de la escritura de este guion, en los medios de comunicación vimos marchar, por los festejos de su independencia, a miles de hombres, tanques y jets, parte del poder militar de Estados Unidos. Diez días después sucede lo mismo en Francia, muchos medios reportan con sorpresa y fascinación un nuevo tipo de soldado, uno que vuela a gran velocidad propulsado por un flyboard. El mundo parece estar más ocupado en la guerra que en la Paz, porque cómo señala el doctor Bob Stone, “la violencia está muy arraigada en nuestra cultura”. Ante esta realidad las palabras de Isabella Esquivel y Fernando Rodríguez son relevantes: trabajar sobre la prevención de la violencia necesita de otras narrativas sobre ser hombre. Por ejemplo, hombres que cuidan de sí mismos, de los otros y de la naturaleza; o aquellos que prefieren el diálogo en lugar de la descalificación y el conflicto. No hay duda que el mundo y la humanidad pasan por una situación difícil; sin embargo, también podemos afirmar que sí existen hombres que se suman para contribuir al cambio, para convertirse en “agentes de transformación social”.
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