El maltrato psicológico y físico, así como el abuso sexual generan un ciclo de violencia que, en el mejor de los casos, encuentra alivio en años de terapia psicológica o en catarsis artísticas como la puesta en escena ¡Ay amor! ¿por qué me dueles? Esta obra recoge los testimonios de mujeres abusadas sexualmente para empatizarnos con ellas, para acompañarlas en su dolor. Esto es lo que significa la palabra COMPASION, acompañar en el dolor, y trabajar en obras de teatro o en programas radiales de manera constante para construir una consciencia colectiva sobre esta realidad violenta de la que no queremos ser parte.
Escucha el programa (duración 9 mis. 16 seg.)
Somos seres humanos, ¡respetémonos!
Estas palabras resumen las emociones y las reflexiones de un público conmovido por la puesta en escena de “¡Ay amor! ¿por qué me dueles?”. El amor a la familia, a la pareja… se quiebra por el abuso y la falta de comunicación… ¡duele! Así lo dicen tres amigas que platican en un bar, al calor de los tequilas. En el primer acto el humor está presente, entre risas ellas hablan de las relaciones con sus queridos, amigos, compañeros, sus hombres, novios, o… “como se les diga ahora” a quienes cohabitan con ellas. El segundo acto trae un cambio radical y el espacio es dominado por el silencio que sólo es interrumpido por los dolorosos testimonios de abuso sexual vividos por ellas: (en el audio)
Los testimonios son reales, fueron recogidos en entrevistas a mujeres que sufrieron violencia sexual en su infancia y juventud. Una canción triste pone fin a los dolorosos relatos, así se da paso al tercer acto y al drama que vive una pareja que no sabe lo que quiere uno del otro, que no se entienden y se ahogan en la marea de la incomunicación.
foto tomada de ugto.mx
Una sacudida emocional. Esto fue lo que experimentaron los asistentes a la obra ¡Ay amor! ¿por qué me dueles? Ellos no fueron simples espectadores porque para el teatro intervención la participación de los asistentes es fundamental y lo hicieron, expresaron sus emociones y reflexiones.
Así fue, a más de uno se le hizo un nudo en la garganta y otros no contuvieron sus lágrimas, se puede escuchar en sus voces la emoción que no se quedó en el plano sentimental, los llevó a la reflexión.
El abuso en niños y jóvenes deja marcas, esos traumas se reflejan en la vida adulta de las victimas cuando replican lo vivido, cuando violentan de la misma forma en que ellos fueron violentados. El maltrato sicológico y físico, así como el abuso sexual generan un ciclo de violencia que, en el mejor de los casos, encuentra alivio en años de terapia sicológica o en catarsis artísticas como la puesta en escena ¡Ay amor! ¿por qué me dueles? Esta obra recoge los testimonios de mujeres abusadas sexualmente para empatizarnos con ellas, para acompañarlas en su dolor. Esto es lo que significa la palabra COMPASION, acompañar en el dolor, y trabajar en obras de teatro o en programas radiales de manera constante para construir una consciencia colectiva sobre esta realidad violenta de la que no queremos ser parte.
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