La información invita a la acción porque al conocer la manera en que podemos actuar, ante determinados hechos de violencia, tomaremos mejores decisiones para prevenirlos o darles solución. Por ello, la doctora Lilia Granillo nos invita a informarnos, “bajar de internet las normas, estudiarlas y participar en su implementación”, porque si deseamos desarrollarnos en espacios más pacíficos y equitativos, las normas de calidad pueden ayudar a crear un ambiente laboral sano que tenga beneficios económicos para las instituciones y también, repercuta positivamente en la calidad de vida de las personas.
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Las normas para prevenir la violencia son instrumentos de cambio.
Sin embargo, para que ese cambio ocurra es necesaria “la voluntad de las autoridades para implementar lo estipulado en las normas” y también, que la comunidad “abrace una cultura de la no violencia”, así lo señala Lilia Granillo Vázquez, doctora en Letras Españolas que impulsa la ética profesional y la responsabilidad social. Ella también es estudiosa de las normas de calidad oficiales, nacionales e internacionales, sobre la igualdad de género en las instituciones de educación superior.
Las normas pueden ofrecer tranquilidad y certeza a las instituciones ante un problema que, en opinión de la doctora Granillo, “no es del todo prevenible”: la violencia. Ella señala que siempre existen riesgos que no son cien por ciento prevenibles, pero pueden ser “controlados y mitigados” si se implementan las normas.
La norma oficial mexicana 035 trata sobre los factores de riesgo psicosocial en el trabajo y su misión es garantizar la igualdad entre las personas. José Jesús Soriano, doctor en Derecho y comentarista de la conferencia de la doctora Granillo, señala que es necesario “desmotar mitos” que obstaculicen la prevención de la violencia y la aplicación de las normas en las universidades.
Los derechos humanos deben ser la base de normas, protocolos y leyes que tengan como objetivo la prevención y atención de la violencia en las universidades. El doctor Soriano observa un importante reto en la adopción de esos instrumentos: “pasar del discurso al efectivo cumplimiento de los derechos”.
La información invita a la acción porque al conocer la manera en que podemos actuar, ante determinados hechos de violencia, tomaremos mejores decisiones para prevenirlos o darles solución. Por ello, la doctora Lilia Granillo nos invita a informarnos, “bajar de internet las normas, estudiarlas y participar en su implementación”, porque si deseamos desarrollarnos en espacios más pacíficos y equitativos, las normas de calidad pueden ayudar. También es necesario que en instituciones de educación, en empresas y otras organizaciones, las autoridades dejen de lado la cultura de la simulación y tengan voluntad y compromiso para implementar normas y protocolos de manera correcta, ya que como señala la doctora Granillo, un ambiente laboral sano tiene beneficios económicos para las instituciones y también, repercute positivamente en la calidad de vida de las personas.
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