La ética debe respaldar los señalamientos al realizar una acusación. La construcción de una sociedad equitativa no avanzará por el camino de la violencia contra la violencia porque ésta radicaliza a las personas. El techo de cristal y otras violencias no desaparecerán con un estruendoso golpe, es la reflexión, el trabajo colectivo el que nos permitirá abrir las ventanas a relaciones humanas mas igualitarias.
“Se gobierna con la razón y las mujeres son emoción”.
¿Es esto cierto?
¡No!
Esta idea errónea sobre las habilidades directivas de mujeres y hombres originó en los años ochenta un concepto: el techo de cristal. Esta metáfora se utilizó para referirse a los obstáculos con los que se estrellan las mujeres para acceder a puestos directivos en el ámbito empresarial, hoy, también se recurre a ella para hablar de esa misma violencia en las Instituciones de Educación Superior. Cirila Cervera Delgado, Doctora en Historia e investigadora en el tema de la violencia en las universidades, refiere un trabajo periodístico que refleja los efectos del techo de cristal en México:
“Los puestos directivos no son para las mujeres”, este es un discurso que ellas escuchan desde su niñez y a lo largo de su vidas profesionales. La Doctora Cervera, de la Universidad de Guanajuato, asegura que estas expresiones estereotipadas son un nuevo techo de cristal para las mujeres.
En el techo de cristal está presente la violencia simbólica, aquella “que es imperceptible para las personas que la sufren”. La Doctora Cervera considera que, para sus entrevistadas, esta normalización de la violencia es algo inherente al puesto de trabajo.
A las instancias que existen dentro de las universidades les corresponde impulsar el cambio cultural en las relaciones violentas y, en este proceso, la Doctora Cirila Cervera señala la importancia de la denuncia, así como exigir la mejora en los procesos de protección y atención a las víctimas. Todo esto es parte de la impartición de una justicia REAL que hoy, en las primeras décadas del siglo XXI, no podemos confundir con la creación de jurados virtuales que dañan la vida emocional y física de personas que son señaladas como culpables en el improvisado patíbulo de las redes sociales. La ética debe respaldar los señalamientos al realizar una acusación. La construcción de una sociedad equitativa no avanzará por el camino de la violencia contra la violencia porque ésta radicaliza a las personas. La violencia que ocurre dentro y fuera de las Instituciones de Educación Superior está vinculada a la crueldad que aún existe en los procesos educativos que sufren las personas desde la infancia. El techo de cristal no desaparecerá con un estruendoso golpe, es la reflexión, el trabajo colectivo el que nos permitirá abrir las ventanas a relaciones humanas mas igualitarias.
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