La influencia es poder y por ello requiere de responsabilidad y ética, para no cometer injusticias, ni invisibilizar problemáticas que lastiman a la sociedad. Bob White, promotor canadiense de la equidad de género, sugiere convertirnos en una influencia responsable y positiva que promueva relaciones equitativas en nuestro entorno educativo, laboral y social.
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Ética, responsabilidad y compromiso para trabajar la equidad de género.
Ética, en el campo de la investigación, es devolver y socializar el conocimiento, afirma Juan Guillermo Figueroa, filosofo y estudioso de la masculinidad. Al igual que el doctor Figueroa, Bob White, promotor canadiense de la equidad de género, señala que las investigaciones académicas deben servir para mejorar la realidad social. Durante su participación en el V Coloquio de Estudios de Género. “Violencia en las Instituciones de Educación Superior”, él invitó a los asistentes a reflexionar en torno esta pregunta: ¿Qué vamos hacer con el conocimiento? La traducción fue realizada por la Doctora Adriana Ortiz.
No es posible ver cambios estadísticos en poco tiempo porque los cambios culturales, aún en instituciones universitarias, requieren de tiempo para producirse. Para acelerar el proceso social el maestro Bob White sugiere convertirnos en una influencia responsable y positiva que promueva relaciones equitativas en nuestro entorno educativo, laboral y social.
La influencia es poder y por ello requiere de responsabilidad y ética, para no cometer injusticias, ni invisibilizar problemáticas que lastiman a la sociedad. Por este motivo, Mireya Martí Reyes, doctora en Ciencias sobre Arte y comentarista de la presentación del Dr. White, considera que los estudios de género también pueden ser considerados estudios sobre ética, porque promueven relaciones justas y de respeto, así como el reconocimiento de los derechos de las personas.
Ético también es dejar de lado la cultura de la simulación e impulsar el funcionamiento correcto de las instancias dedicadas a la atención de las violencias dentro de las instituciones de educación superior. La doctora Mireya Martí afirma que la responsabilidad ética de las universidades se encuentra en la promoción de la prevención, el autocuidado y el cuidado colectivo.
Socializar el conocimiento es acción; difundir ese conocimiento también es acción e incorporarlo a nuestra vida cotidiana es la meta, la acción que nos llevará a un proceso de transformación. Influir en las otras personas, invitarlos a reflexionar en sus relaciones interpersonales en la vida cotidiana, es hacer uso de nuestra influencia y LA ÉTICA será pensar en el bien común. Este pensamiento es el que guía el periodismo de investigación que realizamos Los Cómplices del XXI, asumimos la responsabilidad de los programas que realizamos porque, como medio de comunicación público, estamos obligados a difundir información que promueva identidades pacificas y empáticas en compañía de audiencias dispuestas, motivadas para promover la paz y participar en la construcción de una cultura de género más justa e igualitaria.
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